Nacido en Venezuela, se hizo a sí mismo, cambió trayectoria y exigencia de la radio/televisión. No se limitó a ser figura, se empeñó en aprender, mejorar, hacer el espectáculo digno y sofisticado. Una escuela en sí misma. Comprendió la importancia de hablar fluido varios idiomas, conocer a fondo el medio en el cual se desarrollaba y al público que con su respeto y admiración lo hacía crecer hacia la excelencia. “Solo aprendiendo y trabajando podemos salir de abajo, no conozco otra manera”. Renaldo José Ottolina Pinto, conocido como Renny Ottolina, El Número 1. Desde Valencia se levantó hacia el mundo, construyendo con talento y perseverancia un estilo, una forma de ser único.
Locutor, narrador, animador, productor de programas de radio y televisión, publicista, corredor de autos de carrera y político, es considerado el showman más influyente de la historia venezolana. Como Volodímir Zelenski?, nacido en Krivói Rog, licenciado en Derecho, actor, comediante, guionista, productor, director de cine/televisión, político, hoy ejerce como el 6.º presidente de Ucrania. Respetado, apreciado, influyente y carismático líder, demuestra cada día, honestidad integral, valentía, coraje, quilates de héroe y estadista. “El Ejército ruso está destruyendo maliciosamente Ucrania mientras el mundo entero está mirando. La indiferencia mata, el cálculo de intereses mata. Puedes navegar entre intereses, pero no puedes navegar entre el bien y el mal”.
Renny estaba al corriente de lo que la Venezuela de su tiempo requería. Enredada entre riquezas mal distribuidas, malos ejemplos, gobernantes pomposos, no siempre esmerados. No fue la estrella del espectáculo, que se metió en política aprovechando su popularidad, era consciente de los problemas y conocedor de las soluciones que idealizó poner en práctica. Había consolidado un estilo, que no se limitaba al buen gusto, mejor vestir y buena presencia. Adelantado a su época, combinaba creatividad como productor, cultura general, un timbre de voz y dicción privilegiada. Resolvió ser el mejor. Lo consiguió y triunfó. Se dispuso a la tarea de hacer de Venezuela un gran país, que estaba seguro y confiaba podía llegar a ser. Organiza un partido político, Movimiento de Integridad Nacional (MIN); narraba pensamientos de Simón Bolívar para dar a conocerlos. Utilizó el medio televisivo para crear conciencia de cuidar, proteger y defender al país, amar los ideales del Libertador y enviar mensajes poderosos. “El país es medible. La patria es del tamaño del corazón de quien la quiere”.
Algunos piensan fue accidente, otros un plan para asesinarlo. Pero cuando Venezuela empezaba a abrigar la esperanza de un futuro novedoso, comprometido, extraordinario, murió Renny. Volaba a un encuentro con simpatizantes para discutir la Venezuela grande que vislumbraba su mente. Sin embargo, se precipitó en el pico Naiguatá, Cordillera de la Costa, en el parque nacional El Ávila al norte de Caracas.
Lágrimas brotaron de un pueblo afligido, desconsolado. Se hizo pedazos la esperanza de una Venezuela de proyectado esplendor, hacia la grandeza, con un programa viable, sostenible, serio e inteligente acompañado de un pueblo ciudadano dispuesto a apoyarlo. A los venezolanos se nos hizo mendruga la ilusión y anhelo de diferencia. Quedamos huérfanos, abandonados en el mismo camino de la carencia intelectual, insuficiencia de reflexión, mediocridad de comportamiento y conducta; mezquindad de proceder e incumplimiento de normas elementales como: rendir cuenta, cumplir la palabra empeñada, honrar el compromiso asumido, no ceder principios éticos, hipotecar valores morales y olvidar buenas costumbres ciudadanas. “Estamos en guerra contra el atraso, la ignorancia, y la flojera”.
Jamás permitamos que la indiferencia, dejadez y apatía nos agobie, no olvidemos esa Venezuela magnifica, excelsa, de valor y arrojo que pocos conocen. No se ama lo que se desconoce. Que aflore la decencia, honradez y dignidad. “¿Cómo mejoramos a tanta gente que necesita ayuda? Enseñándolos a ayudarse a sí mismos. Es un problema de cambio de actitud”.
Estamos obligados a salir de la corrupción y pequeñez política, que nos trajo a estos tiempos de ignominia, revolución embustera, deshonesta, mafiosa que conculca el destino y complica el futuro. “¿Cómo componemos Venezuela? ¡Haciendo todo al revés de como se está haciendo en este momento!”.
La fragmentación opositora va en contravía de la expectativa ciudadana. La mayoría aspira un cambio político. Sin embargo, la gente rechaza a los partidos políticos, son muy pocos quienes los respaldan. No hay confianza ni desconexión.
Venezuela está deseosa, esperanzada por la aparición de un Renny Ottolina, quien lo simbolice en este tiempo. Ajeno al estatus quo, que articule la oposición, se alinee con la mayoría y sea legítimo representante del interés ciudadano.
@ArmandoMartini