La situación terminal de las dictaduras del socialismo del siglo XXI en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua es tan notoria que solo se sostienen con terrorismo de Estado y violaciones a los derechos humanos. Como parte del inevitable final de las dictaduras, la resistencia y el exilio han iniciado la planificación de la transición de dictadura a democracia en Cuba, que puede dar efectos inmediatos identificando a los criminales que detentan el poder para asegurar que no tendrán impunidad.
La lucha por la libertad ha sufrido en los últimos años el fracaso de lo que se esperaba fueran transiciones de la dictadura a la democracia en Venezuela y Bolivia. El gobierno legítimo de Juan Guaidó nunca logró ser tal. El llamado gobierno de transición de Jeanine Áñez en Bolivia resultó un interinato de continuidad en el que “salió el dictador pero no la dictadura” donde interinos y opositores funcionales traicionaron al pueblo.
El 5 de Febrero de 2019 la Asamblea Legislativa de Venezuela aprobó como ley el “Estatuto que rige la transición a la democracia para restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, asumiendo el bolivarianismo chavista y liquidando la transición al definirla: “Se entiende por transición el itinerario de democratización y reinstitucionalización que incluye las siguientes etapas: liberación del régimen autocrático que oprime a Venezuela, conformación de un Gobierno provisional de unidad nacional y celebración de elecciones libres”. No permitieron primero la conformación del gobierno provisional para liberarse con ese gobierno del régimen autocrático.
Luego del fraude electoral de Evo Morales en las elecciones del 20 de Octubre de 2019 y las violaciones a derechos humanos que cometió, renunció por escrito con aprobación de su legislativo y asumió la presidencia la senadora Jeanine Áñez el 12 de Noviembre de 2019. Se esperaba un gobierno de transición de la dictadura a la democracia, pero fue un “interinato continuista” que mantuvo la Constitución que la dictadura aprobó con falsificaciones para suplantar la Constitución de la República de Bolivia. La presidenta interina se proclamó candidata a las elecciones que estaba encargada realizar, aplicando la Constitución de la dictadura porque de haber repuesto la Constitución de la República tal candidatura no era posible.
En ambos casos, en Venezuela y Bolivia, los dictadores Nicolás Maduro y Evo Morales nunca fueron procesados, detenidos ni juzgados, sus entornos dictatoriales permanecieron y siguen impunes, se les permitió seguir operando sus sistemas manipulados y corruptos de justicia para protegerse, no se cambiaron la Constitución ni las leyes oprobiosas, no se desarticularon los grupos criminales del régimen, se mantuvieron intactos los mecanismos de los narcoestados y más.
Transición es la “acción o efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto”. De la dictadura a la democracia, es pasar de la violación de los derechos humanos, del ejercicio del poder indefinido por medio de terrorismo de estado y crímenes de lesa humanidad con presos y exiliados políticos, al respeto de los derechos humanos, la vigencia del estado de derecho con separación e independencia de los poderes públicos, a la celebración de elecciones libres y limpias, sin presos ni exiliados políticos.
Los fracasos en las transiciones de Venezuela y Bolivia demuestran que para que haya transición es imprescindible se reponga el sistema jurídico del “estado de derecho” eliminando completamente el sistema de simulación jurídica de la dictadura y que no haya impunidad. Habrá transición solo si se termina con el ordenamiento seudo legal de la dictadura y no se permite impunidad.
La importancia de trabajar la transición de la dictadura a la democracia en Cuba que es la dictadura jefe y la dictadura central del castrochavismo o socialismo del siglo XXI, radica en que además de estructurar el nuevo sistema político, puedan identificar de inmediato a los individuos que conforman el sistema de oprobio. Hacer de la planificación de la transición un elemento central para la pronta derrota de la dictadura.
Los detentadores del poder ilegal e ilegitimo en las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua deben saber con claridad que no serán impunes, que el tiempo no les alcanza para morir de viejos en la impunidad como el dictador Fidel Castro, que están identificados por sus crímenes de lesa humanidad en sus personas, beneficiarios y bienes mal habidos, que no habrá lugar en el mundo donde puedan esconderse ni proteger sus riquezas sangrientas. Que la transición a la democracia ha comenzado identificándolos, señalando sus delitos, poniéndolos en evidencia.