El juicio a Nikolas Cruz, autor confeso de la muerte por disparos de 14 alumnos y 3 empleados de una escuela secundaria de Parkland (Florida) en 2018, comenzó oficialmente este lunes con el inicio del proceso de selección del jurado que decidirá entre la pena capital o la prisión perpetua como castigo.
Andrea Gherfi, hermana de una de las víctimas, dijo hoy a Efe que está “cien por cien por la pena de muerte”, porque no le parece suficiente castigo la prisión perpetua, y aseveró que, aunque tendrá que “revivir el sufrimiento de lo que pasó aquel día”, piensa asistir a la parte oral del juicio de principio a fin.
“El ser humano se adapta a todo”, incluso a la cárcel, subrayó esta joven de 29 años, cuyo hermano menor, Joaquín Oliver, que tenía 17 años en 2018, murió en el tiroteo dentro de la escuela.
Muchos periodistas se concentraron desde primeras horas de la mañana frente a los nuevos tribunales de Fort Lauderdale, unos 35 kilómetros al norte de Miami, aunque no está previsto que se les permita presenciar el inicio del proceso de selección.
La jueza Elizabeth Scherer ha adelantado que el juicio durará unos seis meses y no se espera que las audiencias públicas comiencen hasta dentro de un mes aproximadamente.
EL JURADO DECIDIRÁ ENTRE PENA DE MUERTE Y CADENA PERPETUA
Antes, la defensa y la Fiscalía deberán elegir a 12 jurados y unos 6 u 8 suplentes entre los miles de convocados a esa tarea cívica, de vital importancia para el resultado de este juicio.
Dado que Cruz, de 23 años, se declaró culpable ante el tribunal en octubre pasado, el juicio solo puede acabar en una condena a muerte por inyección letal o en cadena perpetua.
Para la pena capital se necesitan los 12 votos del jurado y si hay diversidad de opiniones, que es el objetivo que se propone lograr la defensa, Cruz seguirá en la cárcel pero salvará la vida.
Unas 3.000 personas han sido citadas a los tribunales a partir de este lunes como posibles miembros del jurado.
Muchos quedarán descartados hoy en una “preselección” por razones concretas, como no poder asistir al juicio completo, y los que pasen la criba responderán a un cuestionario y serán entrevistados por abogados y fiscales si avanzan en el proceso.
El acusado lleva detenido desde el mismo día del tiroteo, el 14 de febrero de 2018, y en los primeros interrogatorios policiales confesó que fue el autor de los disparos en la que fue su escuela hasta que fue expulsado por indisciplina y mal comportamiento, la Marjory Stoneman Douglas (MSD) de Parkland, en la que la jornada de hoy comenzó como cualquier otro día, según constató Efe en el lugar.
Para las familias y amigos de las víctimas no lo es, según dijo a Efe Gherfi, exalumna de MSD pero que por edad no coincidió con Cruz y no lo conoce.
La joven, que trabaja en marketing y redes sociales para una empresa de ropa de niños, siente “estrés y angustia” ante el inicio del juicio, porque se acerca el “mal rato” de tener que ve a Cruz en el estrado, algo en lo que coincide con su madre, la venezolano-estadounidense Patricia Oliver.
Como la culpabilidad ya está aceptada, los atenuantes y agravantes van a ser los caballos de batalla respectivos de la defensa, compuesta por abogados de oficio, y de la Fiscalía.
¿QUÉN ES NIKOLAS CRUZ?
Cruz no solo se declaró culpable el 20 de octubre pasado, también pidió perdón a las familias de sus víctimas y les dijo que las “quería”, aunque admitió que sabía que no le iban creer.
“Lamento mucho lo que hice y tengo que vivir con ello todos los días”, dijo Cruz en una declaración escrita después de asumir su culpabilidad en los 34 cargos que se le imputan.
Con 19 años de edad y un historial de problemas de violencia y mala conducta, Cruz, que había sido expulsado de MSD tiempo atrás, llegó ese día al centro educativo con una bolsa donde llevaba un rifle semiautomático AR 15, pasó el control de seguridad y disparó a diestra y siniestra dentro de uno de los edificios.
En medio del caos logró salir de la escuela, pero fue detenido horas más tarde por la Policía.
Adoptado al nacer, Cruz perdió primero a su padre adoptivo, Roger Cruz, en 2004, y en 2017 a su madre, Lynda Cruz, fallecida a causa de una neumonía, y solo tiene un hermano, Zachary, también hijo adoptivo del matrimonio.
En los interrogatorios policiales confesó sentirse “solo” y querer morirse, pero también dijo que tenía un “demonio” dentro que lo incitaba a hacer daño a la gente.
En la cárcel del condado Broward, al norte de Miami Dade, donde ha permanecido desde su detención el día de la matanza, Cruz dio muestras de su carácter pendenciero al pelearse a golpes con un guardia, lo que le costó una condena a 23 años de cárcel.
Todo esto saldrá, sin duda, en el juicio, así como los mensajes e imágenes que el acusado colgó en su cuenta de Instagram antes del tiroteo, según decidió la jueza Scherer.
“Vamos a conocer nuevos detalles y cosas que todavía no sabemos”, dice Gherfi con “miedo” tras confesar que no está preparada para lo que viene en el juicio. EFE