Cómo operaba la secta yogui que torturaba sin piedad a sus fieles

Cómo operaba la secta yogui que torturaba sin piedad a sus fieles

Eduardo Nicosia, el líder del la fallecida “secta yogui” acusada de reducir a servidumbre y explotar sexual y laboralmente a más de 30 personas.

 

 

 





Los alegatos por el juicio a la “secta yogui” comenzaron este lunes, cinco meses después de finalizar las audiencias en las que se sucedieron los testimonios de decenas de víctimas. El grupo liderado por el fallecido Eduardo Nicosia fue acusado de reducir a servidumbre y explotar sexual y laboralmente a más de 30 personas.

Por La Nación

Entre los imputados, se encuentran Silvia Capossiello -que fue pareja de Nicosia-, Sinecio Acurero y Luis Antonio Fanesi. Un cuarto acusado, el psicólogo Fernando Ezequiel Velázquez, murió a principios de marzo. Todos ellos cumplen y/o cumplieron prisión preventiva en unidades del Servicio Penitenciaron Federal (SPF).

Los cinco perpetradores, contando al difunto líder y a Velázquez, formaban parte de una organización que actuaba principalmente en City Hotel, un reconocido hospedaje en pleno centro marplatense, situado en la diagonal Alberdi 2561, a un centenar de metros del balneario Punta Iglesia. El clan operó en territorio argentino desde 1970 hasta su desarticulación, durante el mes de junio de 2018.

Este grupo “religioso” captaba gente interesada en aspectos espirituales. Esas personas no solo eran sometidas laboral y sexualmente, sino que, además, se las despojaba de todos sus bienes y dinero y terminaban siendo sometidas a un proceso de despersonalización que no les permitía tomar decisiones propias.

Nicosia cumplía el rol de líder o “gurú espiritual” dentro de la infame secta. Se lo describía como un “ser evolucionado” y se hacía llamar a sí mismo “la reencarnación de Jesucristo”. Los golpes que recibían los “fieles” de su parte tenían que ser considerados solamente como una “bendición”.

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