Viktor Kovalenko (Kherson, 1996) es uno de los tres jugadores ucranianos que militan en el ‘Calcio’. Cedido desde la Atalanta en el Spezia de Thiago Motta, el internacional ucraniano vive desde la distancia el horror de lo que está ocurriendo en su país natal.
Por Marca
En una entrevista con ‘La Gazzetta dello Sport’, el ex mediapunta del Shakhtar Donetsk ha contado un relato estremecedor al medio italiano, al mismo tiempo que confirma que su familia sigue en suelo ucraniano, sin poder salir del país.
En uno momento de la charla, publicada hoy en el periódico con sede en Milán, Kovalenko muestra a los periodistas italianos la fotografía de un cadáver fuera de un coche en su ciudad natal, Kherson. “Era un amigo mío”, explica.
“Mi amigo se escondió durante cinco días. Los rusos lo detuvieron en un puesto de control. Los mataron y ni siquiera devolvieron sus cuerpos para enterrarlos”- Viktor Kovalenko
Y cuenta su historia: “Se escondió durante cinco días antes de intentar huir del país con su hermano y una niña. Las tropas rusas lo detuvieron en un puesto de control. Mataron a los dos hombres, y ni siquiera devolvieron sus cuerpos para enterrarlos. Retuvieron a la niña durante tres horas. Cuando la soltaron, salió corriendo gritando”.
El siguiente tramo de la entrevista es sobre su familia. ‘¿Cómo está su familia? ¿Es posible que vengan a Italia?’, le preguntan.
“En este momento, es imposible. Es demasiado peligroso. Si los rusos ven un coche en la zona, disparan. No les importa quién está dentro, si hay civiles, mujeres u hombres… Hay tres puestos de control antes de la frontera de Kherson”, explica el jugador del Spezia.
En este momento es imposible que mi familia salga de Ucrania. Si los rusos ven un coche, disparan.
Además, explica, “hay otro aspecto a tener en cuenta”. Y es el siguiente: “Mis padres, como muchos ucranianos, nunca salían de casa. Si se van, no encontrarán nada cuando regresen. Los rusos entrarían y se llevarían todo. ¿Qué harías? La elección es fácil. Te quedas ahí y defiendes tu hogar y tu vida. Mi padre tiene un rifle… espera no usarlo, pero está listo para defenderse a sí mismo y a su familia”.
Para acabar la entrevista, el periodista pregunta a Kovalenko la frecuencia con la que puede hablar por teléfono con su familia.
“Llamo a mi hermano por la mañana, pero después de 20 segundos, el teléfono se corta. Las comunicaciones son difíciles. Luego, trato de llamar a mi madre por la tarde… No puedo entender cómo están, no entiendo si dicen la verdad o si se guardan algunas cosas. Temen que los rusos escuchen lo que dicen, ni siquiera me envían fotos, temen que sus teléfonos sean revisados si hay una búsqueda. Mi cumpleaños fue el 14 de febrero. Mi madre y mi sobrino (que tiene cinco años) me visitaron en Italia y regresaron a Kherson poco antes del ataque de los rusos”, finaliza el ucraniano.