Abraham Sequeda: A la caza del gen maligno

Abraham Sequeda: A la caza del gen maligno

Realmente el título original era otro; sin embargo, por alguna razón quedó tal como se presenta aquí y no posee alguna relación con la biología molecular; sino con el origen de las cosas.

Una madeja de infortunados y perversos cúmulos de errores y cargas de conciencia, asociados en una especie de síndrome que tiene como factor común, de que todos nuestros actos, aciertos y fracasos, pobreza o riqueza no es obra de nuestra propia actitud frente a la vida, sino de agentes o influencias externas.

Revisando rápidamente las anécdotas noticiosas de Venezuela en los últimos 50 o 60 años, es un hecho frecuente que una gestión o autoridad le eche la culpa de todo lo malo a la gestión o autoridad anterior; y es que este comportamiento se extiende a buena parte de los ámbitos de la vida cotidiana del país.





En este momento el enemigo es el mismo, pero con un socio cínico, más violento y corrupto; las condiciones diferentes. Por lo tanto, debemos reunir lo mejor de nosotros, agruparnos si es posible, consolidarnos en lo que hacemos mejor y conquistar el terreno robado; posiblemente metro a metro, cuerpo a cuerpo en todos los escenarios y ámbitos, tal como se retomaron terrenos en batallas convencionales como las de Stalingrado, Orán o Berlín.

Un análisis retrospectivo (necesario por cierto) recurrente, es no asumir nunca la responsabilidad, no sobre el problema en general, sino la responsabilidad sobre sí mismo; lo que se traduce en una amarga espera, desilusión y a veces gran indolencia de cada uno de los habitantes de Venezuela. Hasta el día de hoy, una gran expectativa se dirige a un fiscal de la Corte Penal Internacional (también muy necesaria); pero, ¿es que en Venezuela no existen abogados, colegios de abogados, tribunales y jueces?, ¿no son de este país? Lo anterior es un solo ejemplo.

Unos 30 años atrás era muy común las palabras: subdesarrollado, tercermundista, atrasado; siendo sinónimos más o menos que calificaban a países del mundo con economías y sociedades pobres. De aquellos tiempos para acá, muchos de esos países entendieron, aprendieron, reconocieron, se pusieron a trabajar, sacaron a los malos y dejaron a los buenos; no aquellos del conjunto de mediocres donde pululan los malvados, sino que favorecieron la norma jurídica, el estudio, el trabajo, la ética, las ideas, la construcción de modelos de producción, entre otros factores.

¿Que tenían o tienen esos ciudadanos que no tenemos o hemos conseguido nosotros?
Quizás un poco de racionalidad, una dosis alta responsabilidad individual, valores compartidos, afecto por el conocimiento, autoestima, constancia y honestidad. Como nota curiosa, la población venezolana, está presentando una conducta muy orientada al de una sociedad liberal; esto es muy alentador y con seguridad, si se fortalece podremos haber corregido un mortal enemigo.

@abrahamsequeda