No cabe duda de que el presidente Xi Jinping es el dirigente de China con más autoridad, y autoritario, desde Mao. Pero su carácter personalista y el culto a su figura que ha implantado no significan que esté totalmente solo en el poder. Además de las diferentes facciones que todavía existen dentro del régimen, que ha neutralizado pero aún siguen ahí, hay otro personaje menos conocido que juega un papel crucial en la China de hoy.
Por ABC
Se trata de Wang Huning, uno de los siete miembros del todopoderoso Comité Permanente del Politburó y el auténtico ideólogo del régimen. A sus 67 años, dirige el Secretariado del Partido Comunista y es el responsable de haber acuñado las políticas de los tres últimos presidentes de China.
La primera fue la «triple representatividad» de Jiang Zemin, que permitió al Partido aglutinar a los empresarios; luego le siguió el «concepto científico del desarrollo» que pregonó Hu Jintao, y ha terminado con el «rejuvenecimiento de China» que abandera Xi Jinping.
Reputado politólogo de la prestigiosa Universidad de Fudan en Shanghái, donde fue decano de su Facultad de Derecho, Wang dirigió entre 2002 y 2020 la Oficina Central de Investigaciones Políticas, encargada de elaborar las directrices del régimen. Desde ahí no solo ha conseguido marcar su impronta en las políticas de China durante las dos últimas décadas, sino también ascender en el aparato del Partido hasta encumbrarse como uno de los hombres más poderosos del país.
Pero, al contrario que otros dirigentes del Politburó, tiene un perfil más discreto y suele mantenerse en la sombra, desde donde tutela los discursos de sus compañeros y hasta del presidente Xi Jinping. Considerado el arquitecto del neo-autoritarismo chino, Wang se ha convertido en el compañero de viaje ideal para que Xi ponga en marcha su proyecto político, basado en un creciente nacionalismo que impulse aún más el auge mundial de China con un modelo propio y distinto al que encarnan las democracias liberales de Occidente.
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