Ángel Lombardi: “La última tentación de Cristo”

Ángel Lombardi: “La última tentación de Cristo”

“La última tentación de Cristo” de Martín Scorsese es una película polémica desde una perspectiva histórico-biográfica, no religiosa ni teológica, del Jesús histórico.

La existencia histórica de Jesús en algún momento se puso en duda, dadas las escasas fuentes no cristianas. En la historiografía contemporánea se ha asumido que si existió un Jesús de Nazaret, pero para el no-creyente se interpreta sólo en su historicidad judía bajo la dominación romana.

En esta línea se ubica la versión e interpretación de Pier Paolo Pasolini, ateo, marxista y anticlerical en su película, reseñada en el ciclo del Cine Encuentro, del @cineclubluz y del @teatrobaralt . El evangelio según Mateo, como un profeta mesiánico y agitador frente al poder religioso y temporal de su época en la línea de la tradición judía. Un profeta santo pero humano, totalmente diferente a la tradición del Nuevo Testamento que lo asume desde su misión divina como Jesús el Cristo, un maestro de sabiduría, bondad, justicia y verdad y amor, enmarcado en su misión salvífica como Jesucristo, hijo de Dios y Dios mismo en el misterio de la Trinidad.





Martin Scorsese, agnóstico como es, en esta película “La última tentación de Cristo” interpreta” a Jesús desde el respeto a su figura, pero fuera de la fe y lo histórico. Lo hace humano, trata de entenderlo desde su racionalidad crítica y escéptica. Esta es una película, no olvidarlo nunca, con valores artísticos indudables y si la vemos con mente abierta, cumple un papel interesante en cuanto que, en un mundo relativista y agnóstico y de gran superficialidad religiosa (orientalismo, new-age, auto-ayuda, etc.) nos motiva a interesarnos en la figura de Jesús Cristo para un encuentro personal y directo, que para creyentes y no creyentes, es una vía espiritual en busca del ser y la trascendencia.

Rezar es pensar en el sentido de la vida escribe Ludwig Wittgenstein en la misma línea de Heidegger “pensar es agradecer”. “Rezar es la gran recompensa de ser hombres”, escribe el filósofo místico judío Abraham Joshua Heschel. El Cardenal Carlo María Martini, en su Arquidiócesis de Milán, estableció unos seminarios anuales para no-creyentes para alentar el “diálogo de la fraternidad” entre culturas y religiones diferentes, que tan eficazmente llevan a cabo los focolares a partir del “carisma” de Chiara Lubich.