En lugar de honrar a su padre y a su madre, conforme a los mandamientos de la ley de Dios, Bilal Farhat Zeid y Tarek Farhat Zeid están generando estrés en ellos y lo están haciendo con la intención de desestabilizarlos psicológicamente. ¿Con qué objetivo? Quedarse definitivamente con la fortuna creada por sus progenitores durante 50 años de arduo trabajo. (https://www.youtube.com/watch?v=MKETEjvQyT4) Propósito que aspiran lograr en el marco de acciones que vienen impulsando en el interés de que sus padres no estén en condiciones socioeconómicas de actuar judicialmente contra ellos, intención que Alí Hassan Farhat Pagali y Ahlam Abou Zeid de Farhat han hecho pública (https://www.youtube.com/shorts/etBAOeIb17g).
Bilal y Tarek clavaron el hacha contra sus padres en el terreno menos indicado, el psicológico, lo hicieron al enlazar la parte psicológica con la parte legal. ¿Con qué propósito? Que sea declarada la incapacidad mental de dos ciudadanos de la tercera edad, los esposos Alí Farhat y Ahlam de Farhat, paso subsecuente en una colusión que comenzó por ponerlos en un estado de precariedad económica. Malo, malo. (https://www.youtube.com/watch?v=5FQgvtO36o0&t=7s) Quienes los asesoran y asisten, en especial una profesional del derecho que desdice con ello de su condición de activista de derechos humanos, desconocerían que ambos hermanos serían malos hijos, malas personas, por razones patológicas, no contextuales ni familiares, eso los haría peligrosos, que actúen sin consideración alguna hacia sus padres así lo demuestra, pasando a estar inmersos en hechos que admitirían distintas calificaciones jurídicas.
De acuerdo a la estrategia legal psicológica, por llamarla de alguna manera, Bilal Farhat Zeid y Tarek Farhat Zeid juegan con las emociones de los padres, generando un caos emocional en ellos, nada mejor para desestabilizarlos psicológicamente y poder quedarse con la fortuna de ellos, que es lo que están decididos a lograr en el plano legal, asistidos por las abogadas Sandy Guevara Ojeda y Herley Josefina Paredes Jiménez, además de un matrimonio, esposo y esposa abogados, él llamado como un personaje bíblico y ella de reputación cuestionable, que hacen las veces de consiglieres. Juegan con la parte psicológica, porque quieren inhabilitarlos en derecho. Si les dolieran los padres, como acostumbran decir, más bien los tuvieran cuidando.
Simple, Tarek y Bilal, en complicidad con quienes llaman esposas, Claudia Elizabeth Jaimes Carmona y Liseth Carolina China Cañizales, están abusando de la suerte, por creer que se lo merecen todo, que son intocables. Algo normal en personas desequilibradas, con trastornos psicológicos, que sería el caso de este dúo de hermanos; uno de ellos asistía a consulta con una psicóloga a la que habría inducido a emitir un dictamen sesgado contra la madre, Ahlam de Farhat. Conductas de Bilal sugieren que sufre de ira y eso es un trastorno psicológico, desde jovencito vendría usando la violencia contra las mujeres, existen hechos que corroboran la presunción antes enunciada:
HECHO 1: Un episodio de violencia de género en su noviazgo con Bonnie Alecia Jaimes Carmona, que recientemente salió en su defensa, hermana de la consorte de Tarek, Claudia Elizabeth Jaimes Carmona, y esposa de un alto oficial castrense. Cierta noche, ya de madrugada, fueron a cenar, árabe al fin, él pidió shawarmas, no quiero shawarma, manifiesta ella, te lo vas a comer, ripostó él. Servida la orden, no comeré eso, insistió ella, sin mediar palabra, él tomó un shawarma y se lo restregó en la cara, ante la mirada atónita del resto de los comensales.
HECHO 2: En el matrimonio, la ex esposa, Fatima Clara Barakat Merhi, lo denuncia por violencia psicológica, tan consciente estaría de que “la agredía verbalmente con palabras, la humillaba y hasta la agredió físicamente con golpes en varias oportunidades, abusando sexualmente, la amenazó de muerte con su arma de fuego”, que tan pronto admitieron a trámite dicha denuncia, Bilal se escondió por dos años, hasta que habría logrado con la ayuda de Benjamin Franklin salir favorecido en un proceso judicial con todas las pruebas en contra suya, un proceso a todas luces amañado en perjuicio de una mujer revictimizada con una decisión judicial que ameritaría una revisión por cuanto existen claros indicios de la comisión de delitos contra la Administración de Justicia por parte de los funcionarios actuantes, con posturas omisivas y abstencionistas rayanas en la complicidad por parte de los operadores de justicia con el acusado y su abogada defensora, casualmente Sandy Guevara Ojeda.
Viendo esas conductas, Bilal Farhat Zeid tendría un trastorno, cuidado sea bipolar o esquizofrénico, porque una persona normal no actúa como él lo hace con las mujeres. No es cualquier tontería. Quién tendría un trastorno psicológico es él, que posiblemente sea de origen patológico, el necesitaría tratamiento psicológico o psiquiátrico. Insisto, no sería normal, porque no controla la ira, es temperamental, sería cuestión de consultar el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), para caer en cuenta que Bilal sería también una persona no resistente a las frustraciones, por ejemplo, cuando no pudo evitar que su mamá lo denunciara pese a pedirle de rodillas que no lo hiciera, en retaliacion se negó a pagar la reparación del vehículo de la mamá que él mismo le mandó a reparar. Frustración sentiría también para verse en la necesidad de recurrir a su ex novia y a un amigo de la infancia para atacar a sus padres por no estar en capacidad de desmentirlos ante la opinión pública.
Llama altamente la atención que Bilal Farhat Zeid sea agresivo, que no controle la ira ni sea resistente a la frustración, ergo, puede reunir las características de uno de los dos trastornos antes indicados y descritos en el manual DSM-5, ya que él ha tenido en su pasado reciente muchos hechos de agresión contra mujeres y tiene numerosos ilícitos vinculados a situaciones de género en el presente, como pecados imperdonables, por ser contra su mamá y su única hermana, algo que no lo hace confiable, más bien peligroso, de hecho Ahlam viene denunciándolo al igual que a Tarek: “me persiguen, me acosan”, ese acoso u hostigamiento configura un delito previsto y sancionado en Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, siendo la principal causa del estrés y el caos emocional en sus padres.
Es notorio, del trastorno de Bilal hay evidencias, (https://www.youtube.com/shorts/I0ArxhdsLuQ) que no lo hayan evaluado y tratado adecuadamente en su momento, no lo eximen que lo hagan en la actualidad con el fin de determinar el tipo de trastorno que lo aquejaría, más en circunstancias en las que sus agresiones serían manifiestas porque se expone a perder los bienes, lujos y confort que ha logrado acumular fraudulentamente en complicidad con Tarek y las que llaman esposas, Claudia Elizabeth Jaimes Carmona y Liseth Carolina Chima Cañizalez. Ambos serían trastornados, he ahí la razón de porque no les ha importado llevar a los padres a la indigencia, al caos emocional que pudiese causarles incluso la muerte, a la vez aparentan ser los mejores hijos, desde la óptica psicológica se les podría llamar psicópatas, habida cuenta de que serían manipuladores, fríos y calculadores, no les importa hacer daño a los demás, de tal manera que ni experimentarían culpa o miedo, y se esforzarían en pasar por personas normales, si fueran normales tendrían algo de consideración por sus padres, se conmoverían de verlos en situación de vulnerabilidad, que confunden con debilidad (https://www.youtube.com/watch?v=5DUfmKJTwWM).
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