Amnistía Internacional (AI) expresó hoy su preocupación por el destino de los primeros defensores de la acería Azovstal de la ciudad ucraniana de Mariúpol que se entregaron al Ejército ruso.
“Los soldados del Batallón Azov han sido deshumanizados por los medios rusos y retratados en la propaganda de (el presidente ruso, Vladimir) Putin como ‘neonazis’ durante la agresiva guerra de Rusia contra Ucrania. Esta caracterización despierta una grave preocupación sobre su destino como prisioneros de guerra”, señala el comunicado de AI.
AI subraya que ha documentado “asesinatos sumarios” de cautivos en manos de las milicias prorrusas en el Donbás, al igual que “ejecuciones extrajudiciales” de civiles ucranianos a manos de las fuerzas rusas en las últimas semanas.
“Los soldados del Batallón Azov que se han rendido hoy no deben correr la misma suerte”, añadió.
Insiste en que “los prisioneros de guerra no deben ser sujetos a ningún forma de tortura o maltrato, y deben recibir acceso inmediato al Comité Internacional de la Cruz Roja“.
“Las autoridades correspondientes deben respetar plenamente los derechos de los prisioneros de guerra de acuerdo con las Convenciones de Ginebra“, resalta.
Rusia ha cifrado en 265 los soldados ucranianos evacuados la víspera de Azovstal, incluidos 51 gravemente heridos que, tras “deponer las armas y rendirse”, ahora son “prisioneros” de guerra, según el Ministerio de Defensa.
Este martes la viceprimera ministra y ministra para la Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania, Iryna Vereshchuk, señaló en su cuenta de Telegram que una vez que la condición de los heridos se estabilice estos “serán canjeados por prisioneros de guerra rusos”, afirmó.
En cambio, el presidente de la Duma o cámara de diputados rusa, Viacheslav Volodin, los llamó hoy “criminales de guerra“, mientras el diputado ultranacionalista ruso Leonid Slutski propuso hacer una excepción para los nacionalistas ucranianos en la moratoria sobre la aplicación de la pena de muerte.
Ucrania dio por cumplida la “misión de combate” de los defensores de Azovstal, pero no todos los combatientes atrincherados en la planta han abandonado sus catacumbas.
EFE