Hubo un tiempo en Polonia en el que otro delantero era elegido primero en el pan y queso, antes que Robert Lewandowski. Fue en 2006, cuando el atacante tenía apenas 18 y Dawid Janczyk, de 19, fue considerado por el Legia -el club de Varsovia del que formaban parte- como un futbolista de mayor proyección y más futuro. Y Lewy tuvo que continuar su carrera en la tercera división del fútbol polaco.
Por: Clarín
La cosa había comenzado un año antes, cuando ambos delanteros llegaron como apuesta al club que venía de cuatro temporadas sin lograr un título. Eran diamantes en bruto, les faltaba rodaje. Janczyk, incluso, estuvo a punto de firmar para Chelsea, pero prefirió quedarse en Polonia.
Hay una foto de archivo circulando en las redes donde se lo ve junto a José Mourinho, entrenador del club inglés entre 2004 y 2008.
Janczyk empezó a sacarle algo de ventaja a Robert: solía sentarse en el banco de la Primera y sumaba minutos. También goles: ya había gritado cinco y el destino de cada uno comenzó a tomar rumbos separados. “Dawid Janczyk es el mayor talento que hemos tenido en la historia del club”, sentenció la mayor leyenda del Legia de Varsovia, Lucjan Brychczy, y condenó al bueno de Lewandowski.
Cómo en una fábula, el presente de Janczyk, se llenó pronto de laureles. Metió 17 goles en idéntica cantidad de partidos en las sub 18 y 19 de su país, jugó el mundial Sub 20 de Canadá en 2007 y fue uno de los pocos que pudo meterle un gol al equipo de Hugo Tocalli (el otro tanto fue de Martin Fenin de República Checa, en la final), que tenía a Sergio Agüero como figura.
Tan bueno fue su desempeño que el polaco formó parte del equipo ideal de ese torneo que, además del Kun, tuvo a Alexandre Pato, Luis Suárez, Edinson Cavani, Ángel Di María y Juan Mata , entre otros. El arquero argentino que sufrió el gol del polaco fue un jovencísimo Sergio Chiquito Romero, quien iba camino a adueñarse del arco de la Selección.
¿Y Lewandowski? Mientras tanto, Robert empezó a meter goles en Znicz Pruskow, ese club de la tercera división al que llegó cuando en el Legia le bajaron el pulgar. Consiguió el ascenso y él contribuyó con 15 goles. Al año siguiente, en la segunda división, metió 21 y fueron suficientes para que el Lech Poznán se lo llevara dos temporadas: 14 goles en la primera y 18 en la segunda.
A fuerza de esos primeros encuentros con la red, apareció el Borussia Dortmund y fue para esa misma época donde los caminos volvieron a cambiar tanto para uno como para el otro.
Porque justamente tras el gol a la Argentina en el mundial juvenil de Canadá, el CSKA Moscú puso más de cuatro millones de euros y se quedó con el pase. Ni Liverpool, ni Chelsea ni Atlético de Madrid lograron la transferencia.
Un viaje a Rusia que lo cambió todo
Fue en Moscú dónde no pudo hacer pie con la competencia que le planteaban Vagner Lowe y Jo Alves. Jugó poco, estaba lejos de casa y se deprimió. Estaba solo y su única compañía empezó a ser el alcohol.
Con esa adicción, de todos modos, llegó la selección mayor y recibió un cambio de aire: viajó a Bélgica para jugar en el Lokeren. Metió 14 goles en 31 partidos, en una liga donde un joven Romelu Lukaku terminó siendo el goleador. Pero a esa altura, ya era alcohólico y se multiplicaban las peleas con los entrenadores de turno.
Se terminaron los préstamos, el CSKA no lo quería por su estado y se acentuaron sus problemas. Una noche, tuvo un coma etílico. Fue ingresado a una clínica y su cuadro se complicó aún más. Cuando recobró el conocimiento destrozó la habitación y gritaba en tres idiomas distintos: inglés, ruso y polaco.
En 2016, a los 29, retomó la actividad. Fue al Sandecja Nowy S?cz de la segunda división dónde había comenzado a jugar en infantiles. El día que lo presentaron, dijo estar sobrio por primera vez en siete años.
Si bien ganó la Liga y ascendió a Primera, tuvo una recaída. Entre 2016 y 2018 comenzó una terapia para su adición y escribió su autobiografía, en la que plantea que si tuviese que borrar algo de su vida, sería el CSKA.
En 2019 fue asistido por la policía tras ser encontrado en las calles borracho. Tenía que ir a una cena donde lo esperaban y no tuvieron noticias: lo encontraron tumbado lejos de la estación desde la que debía tomar el tren.
Todavía lucha contra su adicción. En 2021 Janzcyk volvió a ser noticia no por el fútbol sino por un video que subió a sus redes en el que se lo advertía alcoholizado, en un auto, mientras se oían las voces de unos niños en el asiento trasero, hacía donde giró en los segundos finales con los pantalones bajos. “Soy un borracho y estoy bien con eso”, terminaba el posteo que luego borró.
Lewandowski, en tanto cosechó 20 títulos en el fútbol alemán entre el Borussia Dortmund y Bayern Munich, además de la Champions League, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, todas con este último club. El año pasado, la FIFA lo eligió como el mejor futbolista del mundo otorgándole el premio The Best.
El próximo mundial, que Janzcyk mirará por la televisión, tendrá a Lewandowski como la carta especial con la que Polonia intentará hacer historia en Qatar 2022.