La comunidad peruana de Accomarca, en el departamento sureño de Ayacucho, ha ultimado los preparativos para recibir los restos de algunas de las 69 víctimas de una masacre perpetrada el 14 de agosto de 1985 por un batallón contraguerrillas del Ejército. / ALDAIR MEJIA (EFE)
Los cuerpos serán enterrados 37 años más tarde en el poblado peruano donde ocurrió la masacre de 69 personas, según cifras oficiales.
Anastasio Quispe Baldión, de 78 años y sobreviviente de la masacre de Accomarca, prepara el lugar donde serán enterradas las víctimas. ALDAIR MEJIA (EFE)
Los restos exhumados y prendas de vestir que han sido identificadas por la Fiscalía fueron entregados a los pobladores de Accomarca, cuyo nombre quedó marcado en el país por la masacre de 1985, por el que la Justicia condenó en 2016 a penas de entre 10 y 25 años de cárcel a diez militares. ALDAIR MEJIA (EFE)
Un hombre parado frente a los ataúdes vacíos que han sido usados para enterrar los restos de las víctimas. Accomarca se encuentra en una zona en la que el grupo terrorista Sendero Luminoso era particularmente fuerte. ERNESTO BENAVIDES (AFP)
“Sendero Luminoso se había convertido en un enemigo invisible que las fuerzas del orden no podían identificar, lo que resultaba en acciones arbitrarias contra el conjunto de los habitantes, que eran culpabilizados por asociación”, reza el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). ALDAIR MEJIA (EFE)
Vista aérea de los nichos vacíos en Accomarca, departamento de Ayacucho. ERNESTO BENAVIDES (AFP)
En una operación lanzada por las Fuerzas Armadas, y dirigida por el entonces subteniente Telmo Hurtado, los militares buscaron choza por choza a los pobladores. Pese a que no encontraron armas ni propaganda senderista, los hombres y las mujeres fueron separados, agredidos y masacrados. ERNESTO BENAVIDES (AFP)
Alrededor de 20 niños fueron asesinados por el Ejército peruano en la masacre, junto con sus padres. ERNESTO BENAVIDES (AFP)
Los restos de Seferino Vadión Palacio. ALDAIR MEJÍA (EFE)
Dolores Quispe de Valdión y Marcia Valdión Quispe observan los restos de su pariente Seferino Vadión Palacio. ALDAIR MEJÍA (EFE)
Luego de recibir los restos de sus seres queridos, los habitantes de Accomarca procedieron a velarlos, después de 37 años. ALDAIR MEJIA (EFE)
