Los dos menores detenidos por cometer una presunta agresión sexual a dos niñas de 13 años en la localidad valenciana de Burjassot han reconocido en su declaración ante la Fiscalía que mantuvieron relaciones sexuales con ellas, pero que fueron consentidas. Un tercero de los arrestados aseguró que se marchó al ver lo que ocurría, sin participar, y los otros, a los que tampoco conocían las víctimas, pero que identificaron en sede policial, negaron haber estado en la casa abandonada el lunes cuando ocurrieron las presuntas violaciones, una de ellas grupal.
Por: El Mundo
Estos cinco menores, de entre 15 y 17 años, han quedado en libertad vigilada con orden de alejamiento a las menores decretara por el Juzgado de Menores que, tras escuchar a los detenidos, no ha aceptado la petición de la Fiscalía de enviar a cuatro de ellos a un centro de internamiento en régimen cerrado. Para el quinto detenido, sí que se había pedido quedará en libertad. Además, hay un sexto joven relacionado que aún no ha podido ser localizado y que los investigadores creen que podría ser mayor de edad.
Dos de estos menores quedaron con las niñas a través de la red social Instagram. Ya lo habían hecho antes sin ningún incidente y en sus perfiles tenían almacenadas largas conversaciones con ellas. En su exposición insistieron en que el sexo que mantuvieron con las chicas fue consentido. Esta circunstancia no les eximiría de haber cometido un delito de abuso sexual al tratarse de menores de 16 años que no pueden prestar consentimiento.
Sin embargo, los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional creen haber recopilado evidencias de que las dos menores fueron agredidas, una de ellas en grupo. A pesar de que las versiones de las niñas no coinciden plenamente, sí lo hacen en lo esencial.
Una de ellas fue la que dio la voz de alarma enviando por whatsapp a una amiga un vídeo muy corto en el que se veía el suelo de la casa abandonada y se escuchaba un grito y algunas voces. Ella aseguró que entraron de forma voluntaria con los dos chicos que conocían pero que, pese a que se besaron, no dio su consentimiento para mantener relaciones y fue forzada, sin poder precisar si la otra menor lo dio o también fue agredida.
Ante la llegada de los cuatro amigos, ella huyó de la casa, pero se escondió y pudo ver la agresión en grupo a la otra menor y grabar el pequeño vídeo de alerta.
El relato de la otra niña coincide en que ambas fueron agredidas sexualmente, sin prestar consentimiento en ningún momento, pero añade que no acudieron al sótano de esa vivienda semiderruida por su propia voluntad, sino que fueron obligadas a bajar hasta ese cuarto donde había colchones y que es habitualmente usado por adolescentes del barrio de los detenidos para hacer botellón y consumir drogas. Ellas desconocían ese lugar porque ninguna reside en Burjassot. El dispositivo policial de búsqueda de las menores se activó por el vídeo, que la amiga a la que iba destinado enseñó a su madre, pero no pudieron dar con ellas y optaron por localizar a sus padres.
En un primer momento, ambas negaron los hechos, incluso una de ellas defendió que era una «broma», pero las familias acordaron llevarlas al hospital para ser exploradas y afloraron las lesiones compatibles con una agresión sexual. Fue entonces cuando interpusieron la denuncia con sus relatos.
ALTERCADOS ENTRE FAMILIARES
La identificación de los agresores fue rápida y la detención de los cinco, residentes todos en una conflictiva y humilde barriada de Burjassot, obligó primero al despliegue de agentes antidisturbios y después a su traslado desde la comisaría de Burjassot a la de Zapadores, en Valencia, por las presiones de los familiares de los detenidos. Una fuerte presencia policial volvió a ser necesaria en la Ciudad de la Justicia al congregarse los allegados y producirse algún altercado entre ellos.
A última hora de la noche del jueves se conoció la decisión del juzgado, que no ratificó la petición de internamiento realizada por la Fiscalía para los cuatro jóvenes, de los cuales solo uno de ellos cuenta con una identificación por robo con violencia.