Vamos a comenzar por explicar algunos conceptos básicos:
– Guerra Proxy: También llamada “guerra subsidiaria” es aquella que se libra en territorios que no pertenecen a ninguno de los bandos enfrentados, sino a través de la tercerización del conflicto por ambas partes.
– Guerra de 4ta. Generación o Asimétrica: Aplica para escenarios donde existe un desbalance o desproporción entre las fuerzas enfrentadas, es decir, donde una de las dos es militarmente superior a la otra. Por ello, la que luce “débil” recurre a estrategias que compensen el desbalance y le posibilite vencer al enemigo poderoso. Para esto no pueden presentar combates en frentes definidos sino difusos, escogido por ellos para explotar todas las ventajas de conocimiento de terreno, apoyo de la población, clima, y debilidades del adversario, cuyo tamaño a veces juega en contra porque le obliga concentrar demasiadas unidades y efectivos en áreas que facilitan emboscadas y ataques “relámpago”, luego de los cuales sencillamente desaparecen. Sin descartar otras acciones que están en un área gris entre insurgencia, subversión y terrorismo.
– Guerra de 5ta Generación: Se enfoca en el ciberespacio, las redes sociales, medios de comunicación (radio, prensa escrita, TV) o cualquier otra vía en que se puedan trasmitir mensajes hacia poblaciones objetivo. Para lo cual utilizan oleadas de “bots” y otras herramientas que maximicen la continuidad, progresión, sostenimiento y reiteración de los mensajes por tiempo indeterminado (por ello se denomina también “guerra sin límites”). En la cual intervienen palangristas, hackers, agentes y partidarios leales a la causa con capacidad de influir sobre la percepción y opinión de las personas objeto del ataque sin que ellas lo sepan.
Aclarado lo anterior, entramos en materia diciendo que, con la llegada de Hugo Chávez al poder, incluso desde antes, ya muchos actores (gobiernos de la región y países occidentales en general incluyendo USA) tenían informaciones acerca de su intención por crear un mundo multipolar y llevar a Venezuela, arrastrando en esto a todos cuanto pudiera, a abandonar posiciones de aliados de USA y de las democracias occidentales. De hecho, prácticamente apenas toma el poder, Chávez estableció un vínculo que fue más allá de lo político-ideológico hasta llegar a lo afectivo con Fidel Castro, a quien no ocultaba que veía como un padre o guía.
Mientras él y su séquito expresaban una ideología abiertamente comunista, paralelamente demostraban actitudes antisemitas y pro palestinas. Así, llega agosto de 2000 cuando Chávez reta a las potencias occidentales al visitar a Sadam Husein en Irak. Ese mismo año se alía con China, logrando que el gigante asiático se comprometa a financiar diferentes proyectos, muchos de ellos desconocidos o nada transparentes, a cambio de suministro permanente de petróleo.
En 2001 estrecha sus vínculos con Irán, hasta que en 2005 firma el tratado de cooperación en diferentes áreas, la mayoría desconocidas o secretas. También en 2005 entra Rusia en el escenario, al suministrarle a Venezuela armamento y asesoría por más de 4 mil millones de dólares, incluso llegó a efectuar maniobras combinadas con Rusia en noviembre de 2008.
Fue un juego donde todos ganaban menos el pueblo, porque la falta de contraloría facilitó la corrupción a niveles nunca antes vistos en ninguna parte del planeta, sobre todo por parte de la Nomenklatura chavista, entre cuyos jefes ya no se hablaba de sustracciones de millones sino de cientos o miles de millones de dólares. Total, que este escenario de Guerra Proxy contra USA principalmente, también trajo beneficios económicos para todos los implicados. Por supuesto, que estas sumas descomunales de dinero compraron voluntades y cómplices prácticamente en todo el mundo, sin descartar en los propios Estados Unidos.
¿Cómo se consolida esta victoria de Guerra Proxy y llegamos al escenario actual en 2022?
Recuérdese los hechos de abril de 2002, que durante un par de días sacaron a Chávez del poder, generando como consecuencia una purga sin precedentes en la FAN y policías, que quedaron hasta el día de hoy fracturadas y sometidas a la férrea vigilancia del G2 cubano y agentes venezolanos. De lo que fueron unas fuerzas armadas y policías institucionalistas, ahora solo se requiere la adhesión al régimen y el cumplimiento de cualquier orden que reciban, a cambio, pueden hacer prácticamente lo que quieran mientras se mantengan alineados con éste. Por eso el inusitado nivel de corrupción y comisión de múltiples delitos de los que cada día nos enteramos cometen funcionarios militares y policiales, que resultan impunes del todo.
El Chavismo no habría sobrevivido sin la ayuda de todo tipo proporcionada por Cuba, Irán, Rusia y China: Asesoría con estrategas en el campo de la psicología, sociología, inteligencia, donde se emplearon métodos de todo tipo hasta lograr un control social efectivo. Pero, además facilitaron logística, pertrechos, capacitación y hasta personal para controlar dos escenarios críticos para Maduro que fueron las protestas de 2014 y 2017.
En 2014, se iniciaron las protestas den febrero y se prolongaron hasta mayo, Maduro utilizó toda forma de violencia mediante los “colectivos”, policías y militares, se llegó a denunciar que participaron agentes cubanos en esto, contra un pueblo volcado a las calles, donde fuimos testigos del arrojo, la valentía, la irreverencia del venezolano común y de la alevosía, cobardía y crueldad de los esbirros del régimen. Asesinatos, torturas, lesiones gravísimas dejando discapacidades permanentes, detenciones arbitrarias…Pero el pueblo continuó ahí, persistente, a pesar de todas las consecuencias, hasta que se llegó a saber del agotamiento de los esbirros, carencias de pertrechos, logística como agua, alimentación, descanso suficiente, fueron produciendo una desmoralización que fracturó a la Fan y policías, generándose actos de insubordinación y deserciones que colocaron a Maduro a un paso de su derrocamiento.
Extrañamente, a pesar de que los líderes opositores conocían de esta situación, contra toda lógica, y burlándose del sacrificio de cientos de miles de venezolanos, aceptaron ir a una “mesa de negociación” que desmovilizo las calles y congeló las protestas, para llegar a unos acuerdos que el régimen nunca cumplió y que solo les proporcionó el oxígeno que necesitaban para sobrevivir.
En 2017 las protestas se extienden desde marzo hasta agosto, repitiéndose los escenarios y, nuevamente, la dirección opositora acepta o hace poso por rechazar un invento de Maduro para crear una constituyente ilegal e ilegítima, en un país lleno de muertos, heridos, presos, torturados, censura a todos los medios, incluyendo las redes sociales. Siendo lo peor que, como consecuencia de la claudicación o traición que se evidenciaba de las actitudes de muchos representantes de partidos de oposición, se inició una emigración masiva, en la cual se incluyeron muchísimos de quienes protestaron y resistieron en las calles.
En la medida que Venezuela fue usada como campo de experimentación de esta Guerra Proxy, los objetivos del Foro de Sao Paulo se van alineando y se utilizan diferentes acciones, generalmente violentas, mediante protestas que usan cualquier excusa para culpar a la oligarquía o al imperio de éstas, vender un discurso revanchista y populista para llegar al poder o crear un camino despejado hacia el mismo como pasó en Chile, México, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y lamentablemente, seguirá Colombia.
Una guerra se gana cuando una de las partes pierde su voluntad de lucha porque deja de creer en su capacidad de vencer. Es la lamentable realidad, pero con una comunidad internacional llena de mediocres, cómplices e indolentes, las demostraciones de coraje y sacrificio de los venezolanos de a pie de nada valieron. Aunque se vieron en vivo y directo todas las atrocidades del régimen, los políticos de afuera solo tomaron las acciones de sus “colegas políticos” de oposición que después se evidenció estaban vendidos para permitir que Maduro se mantuviese en el poder, pero abrieron las puertas del “diálogo” como vía de solución que sabían no harían sino garantizar al régimen se sobrevivencia y a ellos obtener unas pocas migajas que cayesen desde la mesa del festín chavista.
Además de lo anterior, es imposible dejar de mencionar años de torpeza en la política exterior norteamericana, que descuidó la región al punto de la negligencia, al ver cómo China, Irán y Rusia, a pesar de las enormes distancias, les arrebataron paulatinamente su papel como principal actor en su área de influencia y hasta de seguridad. Peor aún, las sanciones impuestas al régimen les permitió usarlos a ellos (los norteamericanos) como los responsables de la debacle económica venezolana y, forzados por las inmovilizaciones de sus fortunas, los corruptos del chavismo inventaron crear unas importaciones abiertas, de todo tipo de productos y sin aranceles, inyectaron millones de dólares mal habidos en efectivo al mercado interno y produjeron esta “burbuja” donde solo se ve la punta del iceberg que da la impresión de que la situación mejoró.
Por supuesto, los corruptos y sus cómplices viven en una Venezuela paralela, donde cualquier exceso es posible, comidas, bebidas exóticas, naves, aeronaves, vehículos de lujo se ven por doquier. Y mientras ellos oculten o manejen las cifras de la verdadera pobreza, desnutrición, deserción escolar, cierre de empresas de producción nacional, etc no hay problema. Un país lleno de “bodegones” y de mercados con productos importados y vendidos por los “enchufados”, solo muestran un bienestar artificial a un porcentaje mínimo de quienes pueden prestar algún servicio o comercializar con ellos, esa es la verdad. Porque un país sin producción nacional, sin infraestructura, educación, salud, fuentes de empleo estables ni verdadera libertad económica ni política, jamás podrá salir de esa camisa de fuerza que le mantiene sometido a la voluntad de un tirano y sus adláteres.
Así se le está ganando a los Estados Unidos su predominio en todo el planeta. Con guerras proxys donde no necesariamente se usan tanques, aviones y cañones.