Dos sicarios venezolanos que llegaron a Manta, Ecuador, hace un mes fueron los asesinos de la Fiscal Luz Marina Delgado, que fue abaleada en el centro de esa ciudad, a pocas cuadras de su casa, la mañana del 26 de mayo de 2022, según fuentes no oficiales cercanas a la Policía Nacional.
Por: La República
Paco Delgado, a cargo de la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional, ha declarado que conocía a Luz Marina Delgado, hace más de 25 años, y que su muerte representa un impacto a la Fiscalía de Manta y genera un dolor profundo.
Delgado fue la Fiscal que hace cuatro años dirigió la captura de Julia J. M. G., mujer de Washington Prado, el narcotraficante conocido como Gerald, y que ha sido descrito como el «Pablo Escobar ecuatoriano», según reseña el sitio argentino Infobae.
Freddy Sarzosa, director de la Unidad Nacional de Muertes Violentas, dijo que los sicarios habrían establecido un período de vigilancia o seguimiento y de esa manera conocieron los horarios de entrada y salida de su domicilio y de la institución donde trabajaba la fiscal. El vehículo que se usó en el violento crimen fue hallado en el garaje de una vivienda que los sicarios habían alquilado hace un mes.
Freddy Sarzosa reveló que “una vez que la fiscal salió de su domicilio, un automóvil blanco le hizo seguimiento, luego se dio la interceptación; dos de los sospechosos se bajaron para disparar a las dos personas. Junto a Delgado también murió el abogado Jefferson Mendoza, que la acompañaba.
Sicarios venezolanos
“Aquí en este último inmueble se levantaron indicios asociativos que podrían determinar la identidad de uno de los sospechosos que participaron en el hecho”, dijo Sarzosa.
La Fiscalía ha formulado cargos en contra de Génesis C., Ginger S. y María C., por su presunta participación en el asesinato de la fiscal, y se dispuso prisión preventiva en contra de las personas. Fuentes cercanas a La República han precisado que las mujeres alquilaron la casa en la que se hospedaron los sicarios venezolanos y les proveía de alimentos a los mismos.
Las mujeres también alquilaron los vehículos en que los asesinos realizaron las labores de seguimiento de las víctimas.