El padre Luis María Olaso reafirmó las convicciones que me fui configurando a partir de la solida estructura familiar, mi primera escuela de formación en valores. El padre me reveló un pensamiento de Helder Cámara, que me ha servido de leitmotiv para sortear los temporales y las vicisitudes a lo largo de la vida. El pensamiento aludido:
“No le tengas miedo a la verdad. Porque por dura que pueda parecerte, por hondo que te hiera, sigue siendo auténtica. Naciste para ella. Sal a su encuentro, dialoga con ella, ámala, que no hay mejor amiga, ni mejor hermana. Ella te libertará.”
La verdad debemos sentirla en lo más profundo del ser y dejarnos escrutar por ella, si queremos ser auténticos: los que dicen lo que piensan y hacen lo que dicen.
Al producirse el eclipse de la fe que vino aparejado al ataque contra los valores occidentales, también se produjo el de la razón. El relativismo es un recurso de quienes son incapaces de responder a las preguntas existenciales. Es clara la superioridad de la verdad frente al relativismo. La lucha es por desterrar la mentira e inspirar a la acción jalonados por la verdad liberadora. Desmontar la vil demagogia que en su estructura semántica encierra la perversidad que se abalanza contra nosotros. La política que preconizamos es la convivencia en la diversidad con el preciado vínculo de pertenencia a una nación.
De otro lado, desde la perspectiva de los líderes emerge la responsabilidad de desarrollar una estrategia clara y comunicarla. Delinear lo que se quiere lograr junto a las palancas para alcanzar el objetivo. Identificando los retos que potencialmente haya que enfrentar.
Actuar apegado a los principios aporta confianza y fortaleza en las duras pruebas. Hay un mundo que lucha contra la verdad: el imperio del dinero, la explotación de la naturaleza, los atentados contra la dignidad de las personas y los pueblos. Es el mundo cerrado y contrapuesto al bien común.
Nunca una dictadura llegó a estar consolidada como cuando consiguió que los esclavos sintieran placer en serlo. El ruiseñor se niega anidar en la jaula, para que la esclavitud no sea el destino de su cría. Rechazamos la cultura del mal normalizado por la inobservancia de valores. Del todo vale lo mismo, de la anomia, del abandono y la carencia de compasión.
Nos cansamos de los políticos que dicen y después no hacen, voceadores de consignas huecas que los configuran a-instrumentales. Son ajenos a la precisión, a la realidad y a la acción sostenida alrededor de objetivos. La verdad y el bien pueden más que las posturas acomodaticias de quienes medran a la sombra de regímenes que no respetan los derechos humanos y la libertad.
El camino comienza con el primer paso. Si lo hacemos bien los resultados serán inmensos. La verdad es un medio eficaz para la liberación del país. Sin faltar a la verdad; sin mentir. Hechos y no solo palabras permitirán rescatar la esperanza. Confiar en las convicciones y no en las modas que acaban en frustraciones.
El objetivo es construir fuerzas para lograr la salida de la corporación criminal.
¡Libertad para Javier Tarazona! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!