Alfred Hitchcock es uno de los directores de cine más reconocidos a lo largo de la historia de Hollywood y una de sus películas más emblemáticas fue The Birds, la cual se estrenó en 1963 y se convirtió en un referente para el género de terror. Aunque también fue una gran reto para la la actriz protagónica Nathalie Tippi Hedren, madre de Melanie Griffith y abuela de Dakota Johnson.
Por Infobae
Y es que, para aquellos adeptos al séptimo arte podría ser difícil olvidar la emblemática escena al final del largometraje donde la rubia actriz es atacada ferozmente por varios tipos de pájaros.
Así, aunque a lo largo de los años se han dado a conocer algunos secretos respecto a los abusos que vivió Hedren por parte del director, algo que podría no ser tan conocido es que la artista, quien se considera una ferviente activista por los derechos de los animales, tuvo que grabar esa parte del filme con aves verdaderas.
De acuerdo con los registros que se tienen, para The birds se utilizaron 3 mil 200 pájaros reales. El resto eran cartón pintado y latón. En 1968, el director reveló en el The Dick Carvett Show, que los más inteligentes eran los cuervos; mientras que las gaviotas eran las más viciosas.
En una entrevista que Tippi otorgó en 2017 para el programa Studio 10, la actriz confesó que no tenía conocimiento de que el icónico momento del ataque sería grabado con animales reales.
“Esa fue uno de las sorpresas del rodaje y no sé porque no me dijeron, no sé por qué creyeron que no lo haría. Después de lidiar con los pájaros (…) fue impactante para mí. Cómo tardaron casi cinco días en grabarlo, cada vez que me despertaba decía: ‘Oh, no, debo lidiar con esto otra vez’”, apuntó.
Respecto a si había maltratos hacia los animales en las grabaciones, Tippi dijo su opinión al respecto sin tapujos: “A los animales no los tratan mal, a nosotros sí, esa es la diferencia. Nadie se preocupa por nosotros (los actores)”.
Fue durante una entrevista con Larry King Now para el canal estadounidense Ora TV donde Hedren narró las dificultades que vivió para poder lograr la escena solicitada por Hitchcock.
“Sí (fueron pájaros de verdad). En ese entonces no teníamos imágenes generadas por computadora, así que tuvimos que usar imágenes reales”, se le escucha decir.
De esta manera, Tippi retomó que la escena del ataque no fue sencilla porque la grabación se extendió por un largo periodo de tiempo.
“Se podría haber hecho muy fácilmente, en aproximadamente un día, filmando conmigo. Y luego, va al laboratorio. Pero fue una semana completa… Nuestro pobre hombre de utilería con cuervos, gaviotas y cajas que me arrojaron alternativamente durante cuatro días. Cuatro, cinco días”, contó.
Ante la pregunta del entrevistador respecto a las implicaciones que tuvo filmar de esta manera, Hedren añadió que le pareció un exceso.
“Al final. Estaba tan exhausta que solo… quiero decir, realmente no necesitaban cinco días de eso. Eso fue cruel, algo malo”, sentenció.
¿Cómo empezó Hedren a defender los derechos de los animales?
Alfred Hitchcock descubrió a Tippi Hedren en 1961, cuando la vio en un comercial de una bebida dietética llamada Sego. A partir de entonces, buscaría comunicarse con ella y -al lograrlo- le ofreció un contrato por siete años.
El debut cinematográfico de Hedren fue en The birds (1963), pero, según el testimonio de la actriz para Clorser Weekly, el acoso que sufrió por parte del director derivó en que ya no quisiera volver a trabajar con él tras el estreno de Marnie en 1964.
Esto sentaría un precedente para ella, ya que Hitchcock tomaría esta acción a mal y la “castigaría” haciéndola cumplir el contrato que tenía e impidiéndole laborar en otro lado durante el tiempo en que estuviera vigente el acuerdo.
“Arruinó mi carrera, pero no arruinó mi vida”, dijo Tippi para aquel medio.
Ya enfocada en otros aspectos, fue en la película Roar (1981) donde la vida de la actriz dio un cambio radical, pues no sólo trabajó con grandes felinos durante el rodaje, sino que ahí se percató del perturbador negocio de la venta de animales exóticos como mascotas.
“Adquirimos todos estos animales para hacer la película. Los entrenadores de Hollywood que tenían grandes felinos no dejaban que su felino trabajara con otro felino por la posibilidad de que pudieran pelear y lastimarse o incluso matarse. Cuando queríamos usar animales que actuaban en Hollywood para hacer la película, (los entrenadores) decían: ‘No voy a dejar que mi gato grande trabaje con otro gato. ¡Consigue tus propios animales para hacer la película!’”, contó en 2017 Tippi para Fox News.
La artista mencionó que ese fue el punto clave para convertirse en lo que es ahora, pues le pareció mal que animales silvestres fueran comercializados como mascotas.
“Así fue como sucedió. Y descubrimos que se criaban tantos leones y tigres para venderlos como mascotas, lo cual es un acto desmedido, estos son depredadores máximos. Que alguien venda un león o un tigre bebé a una familia para que se convierta en su mascota es… es una de las cosas más peligrosas que podría haber sucedido. Todo creció a partir de eso”, señaló en aquel entonces.
Asimismo, Hedren preparó un proyecto de ley para frenar la venta de animales exóticos como mascotas y se lo llevó a su congresista. Posteriormente, fue a Washington para presentarlo y, aunque varios de los políticos no creían en su propuesta, la actriz contó para el mismo medio que no sólo fue aprobado por unanimidad en la Cámara y el Senado, sino que se puso en marcha en 2003.
“Se titula Ley de protección de los grandes felinos y la seguridad pública. Pasó mucho tiempo antes de que empezáramos a ver los resultados del proyecto de ley, pero sigue funcionando. Estoy encantada porque estos animales no son mascotas”, apuntó.
Fue hasta 1983, cuando la actriz creó la la Fundación Roar, una organización que ayuda a la Reserva Shambala en California. Así, en 2020, Hedren señaló en otra entrevista para Fox News que una de sus mayores pasiones es ayudar en la conservación de los felinos.
“Simplemente miro por la ventana la belleza de la Reserva Shambala (…) No hay nada tan hermoso como la vista desde la ventana de mi comedor de Mona, un magnífico tigre de Bengala, caminando por su recinto”, dijo.