A cuenta del crecimiento económico que, según el gobierno fue de doble dígito en el primer trimestre del año, se han tomado polémicas decisiones en el ámbito tributario que agravan los problemas de fondo que acumula el sistema impositivo venezolano.
Por Banca y Negocios
La crisis económica puso en jaque la capacidad de generar ingresos petroleros, una situación agravada por las sanciones internacionales, por lo que la tributación interna aparece como lógica tabla de salvación para unas finanzas públicas históricamente menguadas.
José Javier García es socio de PwC Venezuela, y asesor tributario. Banca y Negocios consultó al experto para conocer más en profundidad el panorama impositivo de Venezuela.
Consultado sobre los principales vicios de nuestro sistema tributario, el vocero declara que “a raíz de la reciente recesión económica una de las formas más fáciles, para el Estado, de recaudar fue a través de la imposición de tributos o impuestos. Estamos viendo una gran voracidad fiscal en todos los niveles”, va directo al grano, de entrada.
García expone que se están reformando las leyes, sin que se cumpla un requisito fundamental y que está previsto en la Carta Magna, como lo es la incorporación o la discusión con todos los sectores afectados en ese proceso de reforma legal.
La Constitución –indica- señala que cada vez que haya una reforma o propuesta de ley, tiene que invitarse a la sociedad civil a participar en esos procesos. Incluso tiene derecho de voz a los fines de exponer los argumentos que considere necesarios en torno a las modificaciones o reforma de ley.
– No se consulta a los afectados –
Esos procesos obligatorios de consulta no se están cumpliendo, asevera el entrevistado. “Y tenemos dos ejemplos muy recientes. Uno es la reforma del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), la cual no fue consultada con nadie, y con fecha de abril, pero tuvimos acceso la semana pasada, se reformó la Ley Orgánica de Ciencia y Tecnología (Locti)”, indica José Javier García, socio de PwC Venezuela.
Todas estas reformas vienen orientadas a aumentar el pago de impuestos de las compañías o los contribuyentes. Hay dos cosas: o es un incremento de la tasa –es el caso del IGTF-, o se aumenta la frecuencia del pago, que es el caso de la Locti.
En cuanto a la Locti el impuesto se pagaba anual, y ahora es mensual. Eso –opina García- comienza a generar una carga tributaria muy relevante a los contribuyentes, porque no es lo mismo que tenga que cancelar el impuesto dentro de un año, a que lo tenga que cancelar cada mes, cuando la obligación puede obligarme a usar dinero del flujo de caja de corto plazo que estoy necesitando para mi operatividad.
“Esos son los principales vicios del sistema impositivo venezolano actualmente: una gran voracidad fiscal y el establecimiento de tributos que apenas se ajustan a la capacidad contributiva del contribuyente”, expresa.