“Estamos ante una de las mayores, sino la mayor tragedia humana en la historia de Nicaragua”, dice el economista Enrique Sáenz para describir el éxodo masivo de nicaragüenses que se registra desde el segundo semestre del año pasado. “Lamentablemente lo que es una tragedia para Nicaragua, es un alivio para la dictadura de Daniel Ortega”, añade.
Por Infobae
La salida de nicaragüenses rumbo a Estados Unidos, Costa Rica y España, principalmente, se ha disparado a niveles que no se habían visto antes. En el año fiscal de 2020 fueron detenidos 3,164 nicaragüenses en el borde fronterizo sur de Estados Unidos. De octubre del 2021 a abril de este año la cifra de detenidos se disparó a 92,037, según datos de Migración estadounidense.
Desde enero de 2018 hasta abril de este año, unos 145 mil nicaragüenses han solicitado refugio en Costa Rica. En los primeros cuatro meses de este año, 25,595 nicaragüenses solicitaron refugio en una tendencia migratoria creciente.
“Esto significa que, si esa tendencia se mantiene a lo largo del año, podemos tener que, en aproximadamente un año y medio, el siete por ciento de la población de Nicaragua se habrá ido del país”, dice Saénz.
“Claro, al hablar de centenares de miles de migrantes podrá parecer poca cosa cuando se compara con otros países más poblados, pero si la vemos como porcentaje de la población se verá el nivel de la tragedia humana que vive Nicaragua”, acota el economista. Un éxodo del siete por ciento de la población significaría la salida 23 millones de personas en Estados Unidos o 3.200.000 personas en Argentina.
“No es de ninguna manera exagerada hablar de que estamos ante una tragedia humana”, insiste Sáenz. “No solo es la pérdida de población sino las condiciones en las que sale esta población, con riesgo de su vida, con las extorsiones que sufren en el camino, los vejámenes de las que son víctimas y también, la otra parte, la fractura de la familia”.
Se ha conocido que en lo que va de este este año, unos 30 nicaragüenses han muerto tratado de llegar a Estados Unidos. Veinte de ellos, mujeres y niños incluidos, murieron ahogados mientras cruzaban el fronterizo río Bravo. Con frecuencia, mafias mexicanas secuestran a los migrantes y exigen rescates de decenas de miles de dólares por sus vidas.
“Muchas de estas personas se han tenido que deshacer de patrimonio, venden casa, para poder recoger el dinero necesario para el viaje. Esta tragedia se mide en vidas y sufrimiento, pero también se mide en la magnitud de la hemorragia, que tampoco es una metáfora gratuita. Se nos está yendo la sangre, el país se está desangrando”, señala Enrique Sáenz.
Para Tiziano Breda, analista para Centroamérica de International Crisis Group, en Nicaragua se registra un cambio del patrón de migración. “Se ha acelerado y amplificado el fenómeno migratorio, siempre por razones económicas, pero también ahora por la crisis sociopolítica”, dice.
“La huida masiva es la combinación entre una situación económica que está empeorando, la represión política y el cambio en Estados Unidos donde hay ahora una política menos draconiana que la que había con el predecesor, el presidente (Donald) Trump”, añade.
Pero como dice el viejo refrán, “el dolor de unos es la alegría de otros”. El economista Enrique Saénz considera que la explosión migratoria que vive Nicaragua beneficia en varios sentidos al régimen de Daniel Ortega. “En primer lugar, descongestiona la presión en el mercado laboral, descongestiona también el malestar que se acumula por la carestía de la vida, y, en tercer lugar, a la vuelta de unos cuantos meses, esa migración se traduce en remesas familiares. Hemos tenido igualmente un crecimiento explosivo de las remesas familiares en lo que va del año, lo que de alguna manera refresca las balanzas, los balances y los recursos del régimen. Entonces, lo que es una tragedia para el pueblo nicaragüense, para Ortega es un balón de oxígeno”.
Según datos del Banco Central de Nicaragua, el año pasado llegaron al país 2,147 millones de dólares en concepto de remesas, lo que equivale a más o menos el 30 por ciento de las exportaciones totales de Nicaragua en un año. Entre enero y abril de este año, han entrado a Nicaragua 866.5 millones de dólares a través de remesas familiares, lo que representa casi un 30 por ciento más que lo registrado en remesas en el mismo periodo el año pasado.
“Las remesas son un negocio redondo para Daniel Ortega”, señala Sáenz. “Son euros o dólares que entran limpios, que llegan directo a los bancos, y, como los tenés que transformar en córdobas, alimentan las reservas, aumenta el circulante y la actividad económica del país. El consumo es uno de los motores de la economía y se traduce en ingresos tributarios”.
Tiziano Breda ve al menos tres ventajas que le trae la migración de nicaragüenses al régimen de Daniel Ortega. La primera, dice, “desde el punto de vista económica, hay menor cantidad de personas que atender con oportunidades de trabajo y, un elemento paliativo, llegan las remesas que alivian la situación financiera de las familias que quedan, estimulando el consumo con muy bajo costo para el gobierno”.
Segunda, agrega, “cierto porcentaje de los que se fueron lo hicieron por temas políticas, implica que buena parte de ellos se han ido no solo por necesidad económica sino por ser opositores, por ser perseguidos por el gobierno, y eso deja una disminución del caudal de oposición interna que puede ser favorable para el gobierno”.
Y tercera, que “el hecho que lleguen tantos nicaragüenses a Estados Unidos, es una palanca de presión o de negociación que pueden tener estos gobiernos, siendo la presión migratoria en la frontera sur un tema político electoral muy sensible en Estados Unidos”.
Dice que la actitud del régimen nicaragüense con la migración local es “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar), “no la alienta, pero tampoco la contiene” contrario a la migración de otras nacionalidades, cubana principalmente, “que sí la facilita”.
Sáenz por su parte subraya que, a pesar de los muchos beneficios que recibe, Daniel Ortega nunca ha reconocido el esfuerzo de los nicaragüenses en el exterior. “Una de las principales fuentes que ha permitido mantener a flote la economía o el modelo económico de Ortega ha sido el trabajo y el desvelo de los nicaragüenses que hacen dos y hasta tres jornadas de trabajo para poder mandar dinero a sus familias. Jamás, jamás, ha tenido una palabra de reconocimiento al esfuerzo de ellos”.