Obligarán a Apple a usar puertos USB tipo C en sus cargadores

Obligarán a Apple a usar puertos USB tipo C en sus cargadores

El cable USB tipo C será obligatorio para todos los celulares.

 

Apple fue, desde su inicio, promesa de lo exclusivo. Quienes ingresaran en el mundo de la manzana inventado por Steve Jobs podrían disfrutar de la última tecnología y un diseño nunca visto. Sin embargo, eso venía también con letra chica: Apple solo interactúa con otros Apple, y eso aplicaba, por ejemplo, a los cargadores. El puerto USB “Lightning” de sus productos era (y hasta ahora, es) único en su tipo. Sin embargo, la Unión Europea (UE), a través de su Parlamento, aprobó una norma que obliga a todos los teléfonos inteligentes a tener el mismo cargador USB tipo C a partir de otoño 2024.

Por BAE negocios





La regulación del cargador universal aplica a teléfonos móviles, tabletas, auriculares, lectores electrónicos, consolas de juegos portátiles, parlantes portátiles y cámaras vendidos en la Unión Europea “independientemente de su fabricante”. También garantizará que la velocidad de carga esté “armonizada” para dispositivos que soporte de carga rápida.

Los fabricantes de computadoras portátiles también deben cumplir, aunque tendrán 40 meses adicionales después de que las nuevas reglas entren en vigor para hacer el cambio.

Por otro lado, las reglas sobre los puertos de carga estandarizados solo se aplican a los dispositivos que usan carga por cable, dijo la UE, lo que significa que aquellos que solo se cargan de forma inalámbrica no tendrán que incluir un puerto USB-C. Sin embargo, la legislación también permitirá a la Comisión Europea desarrollar estándares para la carga inalámbrica en el futuro a medida que se vuelva más frecuente, según un comunicado de prensa.

A Apple no le gusta esto

Esta norma aplica a todas las marcas, pero la mayoría ya compartían el USB tipo C “universal”, a excepción de unos pocos, entre los que se encontraba Apple. A partir de 2024, el fabricante con sede en Cupertino deberá adaptarse a la regulación por lo menos en territorio europeo. No sirvieron sus años de debate y sus quejas que aducían que tal regulación obstaculizaría la innovación y perjudicaría a los consumidores.

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