El primer estallido de radio repetitivo, descubierto en 2016, tiene un gemelo

El primer estallido de radio repetitivo, descubierto en 2016, tiene un gemelo

Los estallidos rápidos de radio, FRB, son los destellos más brillantes del universo, duran una fracción de segundo, pueden surgir de cualquier punto del cielo y muy pocos de ellos se repiten. Son, sin duda, uno de los grandes misterios astronómicos y no dejan de asombrarnos.

De los que se repiten, solo unos cuantos se han localizado con suficiente precisión en el cielo y la mayoría está cerca o en regiones donde se forman estrellas, pero hay dos excepciones.





La primera es el FRB121102A, detectado en 2016 por el radiotelescopio de 305 metros de Arecibo, en Puerto Rico. Fue el primero en repetirse, algo que solo ocurre en menos del 5 % de los estallidos que se conocen.

En estudios posteriores, el equipo que lo descubrió, encabezado por el español Benito Marcote, astrofísico del The Joint Institute for VLBI ERIC (JIVE) de Países Bajos, dedujo que procede de un objeto bastante pequeño en términos astronómicos -de menos de dos años luz de diámetro- y situado en una galaxia muy pequeña que produce estrellas.

Y aunque aún no está claro, los investigadores del JIVE creen que su origen podría ser un agujero negro masivo similar al del centro de nuestra galaxia o de una supernova superluminosa.

La otra excepción es el FRB detectado el pasado febrero también por el equipo de Marcote. A diferencia de los otros estallidos que proceden de galaxias remotas, este procedía de un cúmulo de estrellas viejas que está relativamente cerca de nosotros, en la galaxia espiral M81.

Y hoy, un artículo publicado en la revista Nature, anuncia la sorpresa: un equipo internacional dirigido por Li Di, de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China (NAOC), ha encontrado un estallido (el FRB190520B) que se repite y que es idéntico a FRB121102A.

El nuevo estallido ha sido detectado por el Commensal Radio Astronomy FAST Survey (CRAFTS), un programa de investigación dirigido por Li Di que se lleva a cabo en el observatorio FAST, el mayor radiotelescopio del mundo, situado en China, y con un diámetro de medio kilómetro.

El nuevo FRB es idéntico a FRB121102A, está en una galaxia enana y tiene un objeto muy compacto en tamaño asociado al lugar del que salen los estallidos (cada uno de ellos con tanta energía como la que emite el Sol en un solo día).

Tal y como lo describen sus autores, FRB190520B es “homólogo” al primer estallido de radio descubierto y muestra un comportamiento “fiable”, es decir, se repite casi cada mes. Es como un hermano gemelo.

Además, según el artículo de Nature, “FRB190520B parece residir en un complejo entorno de plasma con características similares a las de una supernova superluminosa, lo que sugiere que el FRB puede ser un recién nacido”.

La luz que sale de este objeto ha ayudado a saber más cosas del entorno de este objeto como que “la luz se dispersa porque el espacio no es totalmente vacío, y menos cerca del FRB” donde el entorno es “bastante más denso de lo normal, como ocurría con FRB121102A”, explica a Efe Benito Marcote.

Para el astrofísico, lo más importante del hallazgo es que el nuevo FRB es un gemelo del primero, “lo cual es más relevante de que uno podría pensar porque hasta ahora, casi cada nuevo descubrimiento nos traía unas propiedades completamente distintas, y por tanto era muy difícil entender qué propiedades o condiciones son especiales para producir FRBs”.

“Esta es la primera vez que tenemos dos FRBs básicamente iguales, lo que permitirá a partir de ahora se puedan estudiar ambos FRB con suficiente detalle como para inferir qué cosas son comunes, si ambos se comportan de una misma forma, y entender por qué son distintos al resto de FRBs”, apunta.

Además, los astrónomos también podrán estudiar si el hecho de que FRB190520B y FRB121102A estén en un entorno mucho más extremo de lo normal guarda relación con el hecho de que, seguramente, los dos son objetos muy jóvenes (se estima que FRB121102A tiene unas decenas o cientos de años y, aunque para este gemelo aún no hay estimaciones, podría ser algo similar).

Como concluye Li Di, del estudio de las similitudes y diferencias entre FRB121102A y FRB190520B “es probable que en pocos años surja una imagen coherente del origen y la evolución de los FRBs”. EFE