Cinco lecciones del caso Shakira-Piqué para lograr una buena separación

Cinco lecciones del caso Shakira-Piqué para lograr una buena separación

La cantante colombiana y el futbolista catalán confirmaron su separación tras once años juntos. (Gettyimages)

 

El mundo del espectáculo y del futbol mundial se ha visto sacudido en las últimas semanas debido a la noticia de la separación entre la famosísima cantante colombiana Shakira y el jugador del Barcelona Gerard Piqué. Ambos conformaban una de las parejas más sólidas del ambiente, habiendo co-construido juntos una familia con sus 2 hijos pequeños. Según han dejado trascender los medios especializados, la relación venía de un desgaste importante entre ellos, y en las últimas semanas habrían aparecido imágenes de Piqué junto a una mujer joven de unos 20 años, de la que se rumoreaba que era su amante. Por ello, en la semana pasada, ambos emitieron un comunicado conjunto en el que anunciaban su separación, solicitando privacidad en estos momentos tan angustiantes y estresantes para ellos como familia.

Por infobae.com





Al parecer, se vienen momentos duros y de mucho conflicto ya que deben gestionar la separación de bienes y sobre todo, definir la custodia legal de sus 2 hijos. Por lo pronto, los medios han afirmado que Shakira está decidida a abandonar Barcelona y a pelear por la tenencia completa de sus 2 hijos, lo cual suscitaría un conflicto legal muy grande con Piqué.

¿Que podemos aprender de esta situación de por si tan movilizante y angustiante para una familia, sobre todo cuando hay menores en el medio?

La separación de una pareja o matrimonio es un proceso generalmente doloroso y que trae mucho estrés a sus integrantes. Sobre todo si en dicha separación hay hijos menores de por medio. Una separación puede ser algo premeditado en la cual sus integrantes hace tiempo no se sienten cómodos y a gusto el uno con el otro. Otras veces puede deberse a hechos puntuales como una traición, infidelidad o actitud violenta, que enciende el alerta y hace que alguno de los dos decida que no continuará en pareja. Una cosa es la separación y divorcio de una pareja que convivía sin haber tenido hijos en común. Y otra bien distinta es cuando dicha pareja decide separarse con uno o mas niños menores de edad.

Tanto Shakira como Piqué configuraban una pareja diferente, atípica y llamativa ya que ambos son exitosos, carismáticos, atractivos; Shakira le lleva 10 años a Piqué. Ella es de Baranquilla, Colombia, y él es catalán. Ambos se enamoraron y decidieron permanecer juntos, amarse y construir una familia, algo que han hecho de manera cuidadosa y amorosa. Por más que los medios ahora deseen instalar que ha habido un supuesto villano que ha traicionado (Piqué) y una victima (Shakira) que ha sufrido, la realidad es que ambos han permanecido juntos casi una década, habiendo criado dos hermosos niños.

Solo como dato estadístico, en el ambiente de fama y éxito en el que suelen moverse estas dos personas, no es para nada común el proyecto familiar que han conseguido lograr y su duración, siempre desde el cuidado y preservación de su intimidad. En esta nota abordaremos, con respeto y humildad, algunas lecciones que podemos extraer de esta noticia internacional, acerca de cómo podemos gestionar una separación de pareja en buenos términos, sin caer en las tan frecuentes peleas, discusiones y litigios legales que desgastan, y fundamentalmente, perjudican la salud mental de los hijos.

Actuar a tiempo y en busca del bienestar
Lección 1: Reconocer y validar señales de toxicidad a tiempo. Muchísimas parejas eligen permanecer juntas durante años, inclusive con hijos de por medio, aún cuando desde hace tiempo están inmersas en una dinámica tóxica en la que suelen pelearse, discutir, agredirse, juzgarse o directamente no escucharse. Esto de por sí es altamente nocivo para la salud mental de ambos. Ni que hablar si hay hijos de por medio, ya que ello puede generarles síntomas tales como problemas de aprendizaje, conflictos en la escuela y síntomas de estrés.

Inclusive muchas veces, cuando los padres actúan como adolescentes inmaduros reactivos, suele forzarse a los hijos a alinearse en favor de mamá o papá. Por ello, resulta muy importante reconocer y validar a tiempo ciertas señales que denotan que nuestro vínculo de pareja se está volviendo tóxico. ¿Cuáles son esas señales que podemos validar y saber reconocer a tiempo? Fundamentarte son: falta de diálogo adulto y cooperativo; porcentaje significativo de la relación enfocada en reaccionar, defenderse, pelearse y criticarse; falta de aprecio y agradecimiento mutuo; señales evidentes de dolor, malestar y enojo y de que los integrantes de la pareja no se escuchan mutuamente.

Acorde a mi experiencia clínica de 20 años en donde he acompañado cientos de personas en sus separaciones, he podido constatar que la mayoría decide permanecer en un vinculo desgastado aún cuando han habido señales de toxicidad que les han causado enormes montos de estrés. Por ende resulta sabio darnos un espacio para validar señales de toxicidad en la pareja. Un espacio terapéutico puede resulta un recurso formidable para hacer caso a estas señales, validarlas y tomar alguna decisión en función del bienestar de la pareja.

Lección 2: Separarnos tomando en cuenta el mayor bienestar de todos en vez de mis necesidades y heridas emocionales. Finalmente cuando la pareja toma la decisión de separarse, resulta muy común que lo haga en medio de escándalos y conflictos que siguen persistiendo aún después de haber firmado la sentencia de divorcio. Esto resulta habitual si previo a la separación, la pareja sostenía una dinámica reactiva, conflictiva y carente de diálogo adulto. Por lo que al llegar a la separación, uno o ambos quieren desquitarse de aquellos años de bronca, malos tratos o infidelidades, por lo que asumen una actitud combativa, reactiva y agresiva por medio de abogados.

La tragedia es que cuando hay menores involucrados se ven envueltos en este conflicto emocional adulto que puede acarrearles serias consecuencias a su salud mental. Por ello, aún en medio de esta situación turbulenta emocional, resulta fundamental que los adultos recordemos que es esencial tener en cuenta el bienestar de todos, sobre todo de los niños, quienes no tienen recursos para afrontar esta situación, como sí los tienen sus padres, que son adultos.

Si me centro en mis heridas y dolor dejando de lado el cuidado de mis hijos menores, puedo crear un conflicto que perjudique seriamente la salud de todos. Recordemos: los niños son niños y no les corresponde ser trofeos de nadie ni asumir bandos a favor o en contra de nadie. Y nosotros los adultos tenemos recursos para manejarnos adecuadamente en favor del bienestar de ellos. Conclusión: los adultos estamos preparados para lidiar con la separación, por ende, centrémonos en el bienestar de nuestros hijos, en vez de hacernos los distraídos.

Tres separaciones: material, familiar y personal
Lección 3: Afrontar adecuadamente las tres separaciones que conlleva un divorcio: material, familiar y personal. Es que todo divorcio con hijos menores de por medio conlleva distintos tipos de separaciones que a continuación detallo, y que es muy importante aprender a transitar y afrontar adecuadamente. De otra forma pueden generarse conflictos que duren años y traigan desgaste económico, emocional y familiar.

Estas 3 separaciones que debemos gestionar adecuadamente son:

Separación material: La división que se realiza entre los bienes que son de la pareja. Esto suele traer conflictos y muchos litigios. Sobre todo cuando hay falta de diálogo adulto.

Separación familiar: Cómo gestionamos la crianza de nuestros hijos. Cómo decidimos en favor del bienestar de ellos cuánto tiempo estarán con el padre o la madre. Para ello es vital pensar en lo mejor para ellos, y cuán disponible está cada padre para dedicarse al cuidado de sus hijos, en tiempo, atención y amorosidad.

Separación personal: Se refiere a cómo elaboramos el duelo que nos produce esta separación (tristeza, angustia, rabia, ilusiones frustradas, etc.). Cómo podemos trabajar nuestras emociones y elaborar la pérdida de este vínculo para poder posicionarnos de una manera distinta, entera y abierta a vivir nuestra vida plenamente.

Para poder transitar estas tres separaciones eficazmente podemos precisar de ayuda psicológica, legal y contable, que nos permita crear un canal reflexivo de comunicación con nuestra ex pareja, y así pensar en el bien mayor de nuestros hijos, en vez de quedarnos anclados en la rabia y deseo de perjudicar al otro.

Agradecimiento y diálogo
Lección 4: Agradecer a nuestra pareja por la experiencia que hemos tenido juntos. Un aspecto fundamental de una buena y adecuada separación es cuando nos detenemos a reflexionar y agradecemos a nuestra ex pareja por los años que hemos estado juntos, sobre todo cuando ambos hemos co-creado hijos. En el 95% de las separaciones turbulentas y conflictivas, los integrantes de la pareja suelen pasar por alto este detalle esencial.

Desde la mirada de las constelaciones familiares, resulta necesario agradecer por todas las ex parejas que hemos tenido, aún cuando han sido vínculos cortos, ya que algo hemos aprendido y ha resultado importante para nuestro crecimiento personal. Imaginate si con tu ex han procreado a tus hijos, cuán importante resulta agradecerle.

Recuerdo haber tenido una fuerte discusión con mi pareja unos meses después del nacimiento de mi primer hijo. Luego de esa pelea, ella llegó a mi lado y me dijo que me agradecía profundamente por el hermoso hijo que había llegado a nuestras vidas. Aquel detalle me desarmó por completo y me dejó en un estado de gratitud desde el cual pude dialogar y recomponer nuestra relación desde el amor y la conciencia. El agradecimiento no necesariamente debe hacerse con el otro, sino que el cobrar conciencia de ello ya nos sitúa en otro lugar.

Si nos separamos podemos experimentar rabia, dolor, angustia y enojo, porque todo ello es perfectamente normal y esperable. Aunque si nos conectamos con el agradecimiento por haber tenido la oportunidad de haber vivido lo que pudimos y quisimos, y encima con la bendición de hijos de por medio, ello nos predispone de otra forma al trato post separación. Alcanza con pensar cuánto dolor, peleas y conflictos legales podríamos ahorrarnos si asumiésemos esta actitud de gratitud hacia nuestra ex pareja. Tan solo imaginá cómo tus hijos se beneficiarían y sentirían el amor pleno de sus padres que, en medio de la separación, eligen conectarse desde la madurez y agradecerse mutuamente por la bendición de haber compartido juntos.

Lección 5: Debemos entrenar nuestra inteligencia emocional en el amor por nosotros y nuestros hijos. La realidad es que cuando uno o ambos miembros de la pareja destinan parte de su tiempo a entrenar su inteligencia emocional, ambos desarrollan herramientas y recursos para dialogar, escucharse, cooperar y comunicarse armónicamente. E inclusive el día que decidan separarse, aún en medio del dolor y malestar, ambos manifestarán disponibilidad y capacidad para mantener un diálogo adulto y respetuoso en pro del bien mayor de todos.

En mi nuevo libro Inteligencia emocional en el amor , cada uno de los 34 capítulos que he escrito abordan una temática especifica relacionada a cómo desarrollar nuestra madurez y conciencia para poder relacionarnos de manera saludable y equilibrada en un vínculo amoroso. La lección es obvia. Hasta que nos llegue la muerte, invertir tiempo y energía en cultivar nuestra inteligencia emocional o sabiduría constituye nuestro activo más valioso para relacionarnos equilibradamente, criar a nuestros hijos con respeto y amor, y en caso de separarnos, hacerlo desde la adultez y el cuidado.

Hasta aquí hemos abordado estas 5 lecciones. Particularmente considero que Shakira y Piqué han hecho un trabajo muy bueno desde el amor mutuo y la crianza de sus hijos. Tan solo puedo desearles lo mejor a ellos y a las millones de parejas que se encuentran en idéntica situación. Sobre todo, el comprender que parte de la vida es el aceptar cuando ya no deseamos transitar juntos un camino amoroso, y poder separarnos desde la gratitud, honrando el trayecto que hemos andado y aprendido juntos.