Que Britney Spears esté en un exultante momento de felicidad estos días tras su boda con Sam Asghari no significa que olvide ni qué ha sido de ella durante 13 años ni sus viejas costumbres. Algunas, como hacer una publicación incendiaria en su Instagram e inmediatamente borrarla, siguen vigentes. Y es precisamente eso lo que ha hecho a la hora de responderle a su hermano y, de paso, dar a conocer la razón de que no se emborrachase en su propio convite.
Por 20minutos.es
Lo más curioso a la hora de explicar por qué considera a su hermano Bryan como el “perro guardián” de su padre, James Spears, y por tanto cómplice de su sufrimiento bajo la tutela que le ha privado tanto tiempo de libertad de decisión, es cómo ha comenzado el texto: hablando de las veces que se cayeron las invitadas.
“Madonna se cayó en tres ocasiones, Selena Gomez se cayó otras dos y yo me caí solo una vez… ¡Pero fue culpa de los pétalos de rosa! De hecho, me sorprende no haberme caído cada cinco minutos”, ha confesado la artista de 40 años, que ha matizado: “Y no penséis mal: ¡No tomé ni un sorbo de alcohol! No puedo beber mucho, de verdad”.
Precisamente con el tema del alcohol hiló Britney los años que pasó en Las Vegas, donde se sentía poco menos que una esclava que únicamente se dedicaba a dar espectáculo sin ningún poder de decisión, ni siquiera sobre la ingente cantidad dinero que estaba generando, y cómo su familia tenía un estricto control sobre ella para que no consumiera ni alcohol ni drogas.
“Durante los 13 años que estuve bajo la tutela paterna me hicieron un test antidrogas tres veces a la semana. Y eso que a mí no me gusta el alcohol. Pero eso sí, mientras tanto tenía que escuchar que mi padre se iba a beber todos los días y que mi hermano se comía su ensalada de langosta con un whisky con Coca-Cola cada noche en Las Vegas después de mi show. ¡Y a veces antes! Él nunca me dejó probar ni siquiera un sorbo”, ha escrito Britney.
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