El gobierno británico sancionó el jueves al patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, como parte de un nuevo paquete de medidas en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
El líder religioso de 75 años, que la Unión Europea renunció recientemente a incluir en su lista negra, “es sancionado por su apoyo a la guerra de Putin”, afirmó el ministerio británico de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Esta medida, que incluyen la prohibición de entrar en el Reino Unido y la congelación de activos en el país, también van dirigida a María Lvova-Belova, mediadora para los derechos de los niños del Kremlin, por la “adopción y traslado forzado de niños ucranianos”.
También fueron sancionados responsables del sector de los transportes y militares acusados de “matar, violar y torturar a civiles” en Bucha, cerca de Kiev.
“Nos dirigimos contra los cómplices y autores de la guerra de Putin que están infligiendo un sufrimiento indecible a Ucrania, incluyendo el traslado y la adopción forzada de niños”, afirmó la jefa de la diplomacia británica, Liz Truss, en un comunicado.
El patriarca Kirill, líder de los ortodoxos rusos desde 2009, ha puesto su iglesia al servicio del presidente ruso Vladimir Putin, calificándolo de “milagro”, compartiendo su ambición de una Rusia conservadora y apoyando la ofensiva en Ucrania.
La Comisión Europea propuso sancionarlo, pero la UE renunció a ello por la oposición de Hungría.
AFP