Más de 80 países comenzaron hoy en Viena la primera conferencia del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TNPW, por sus siglas en inglés), con un llamamiento a la eliminación de esas armas para garantizar la seguridad de todos los países y personas en el planeta.
El encuentro, que concluye el próximo día 23 y al que no acuden ni las nueve potencias nucleares ni la mayoría de los aliados de la OTAN ni otros importantes estados, como Japón o Corea del Sur, se produce año y medio después de que el tratado entrara en vigor.
En un mensaje telemático, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó que las armas nucleares son “una lacra mundial, un recordatorio mortal de la incapacidad de los países para resolver los problemas mediante el diálogo y la colaboración”.
“La perspectiva de un conflicto nuclear, antaño impensable, vuelve a ser hoy una posibilidad”, agregó Guterres en referencia a la guerra de Ucrania, donde Rusia ha amenazado de forma implícita con el uso de armamento no convencional.
“El desarme nuclear es un asunto que concierne a todos porque la vida misma es un asunto que concierne a todos. Eliminemos estas armas nucleares antes de que nos eliminen a nosotros”, subrayó Guterres.
CHANTAJE NUCLEAR
El ministro austríaco de Exteriores, Alexander Schallenberg, inauguró la conferencia con el mismo llamamiento contundente: “Debemos eliminar las armas nucleares antes de que ellas nos eliminen a nosotros”, dijo.
Las potencias nucleares insisten en tener armas atómicas, “pero la mayoría de los estados no aceptan esta lógica”, recalcó el ministro, cuyo gobierno fue uno de los impulsores de este tratado multilateral, y que acusó a Rusia de ejercer un “chantaje nuclear”.
Aparte de 49 de los 65 países que han ratificado el tratado hasta ahora, otros 33 estados participan en la conferencia de Viena como observadores, entre ellos, Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia, los tres primeros miembros de la OTAN y el cuarto un firme candidato a la admisión, que solicitó recientemente junto con Finlandia.
“Queremos hablar, no solo con el mundo académico y otros actores civiles, sino en particular con aquellos que rechazan el acuerdo”, aseguró el presidente de la conferencia, Alexander Kmentt, en referencia a las potencias nucleares y los aliados de la OTAN, entre otros críticos.
Aparte de las cinco potencias nucleares declaradas (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido), hay otros cuatro países que disponen de armamento atómico: India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
En total, los nueve disponen de unas 13.000 armas nucleares, el 90 % de ellas en manos de Rusia y Estados Unidos.
Según explicó Kmentt ante la prensa durante un receso de las sesiones, el TNPW completará el actual régimen multilateral de desarme, en particular el Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP) y el Tratado de la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT).
LA GUERRA CONTRA UCRANIA COMO TRASFONDO
La conferencia se produce en medio de la guerra de Rusia contra Ucrania, en la que Moscú incluso ha llegado a amenazar de forma implícita con el uso de armamento nuclear.
Para los críticos del TPNW una respuesta a estas amenazas rusas es reforzar su propio arsenal atómico.
“Más armas nucleares, significarán un llamamiento a la proliferación de armas atómicas”, advirtió Kmentt.
“¿Cómo vamos a convencer a países como Irán -que también tiene una difícil situación de seguridad- a que no se haga con ellas?”, se preguntó el diplomático austríaco.
Por ahora, solo tres países de la UE se han adherido al nuevo tratado: Austria, Irlanda y Malta, ninguno de los cuales es miembro de la OTAN.
De América Latina se han adherido numerosos países al TPNW, entre ellos, Brasil, Cuba, Perú y Uruguay.
Por su parte, la directora de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), Beatrice Fihn, destacó hoy que la situación global es “muy peligrosa” por la guerra en Ucrania y las amenazas atómicas de Rusia.
UN DEBATE CONCRETO
“El debate sobre las consecuencias del uso de estas armas ya no es abstracto sino muy concreto”, advirtió Fihn.
Por eso, “es importante que aumentemos más la estigmatización (internacional) de la normalización de este tipo de amenazas”, agregó.
“Nunca estaremos a salvo en Europa mientras Rusia tenga armas nucleares. El mundo nunca estará a salvo mientras cualquier país tenga armas nucleares”, aseguró la activista, que en 2017 recibió el premio Nobel de la Paz por su lucha al frente de la ICAN.
“De cómo reaccionemos a la situación actual (en Ucrania) dependerá el modo en que otros países nucleares calcularán en el futuro sus decisiones sobre posibles amenazas nucleares”, aseguró Fihn.
“Si no estamos contentos con esta situación, entonces debemos hacer algo contra las armas nucleares, tal y como están haciendo los países reunidos aquí en Viena”, concluyó.
TESTIMONIO KAZAJO
Entre los primeros que intervinieron en la conferencia hoy, destacó Karipbev Kukuyov, un superviviente de las pruebas nucleares llevadas a cabo por la antigua Unión Soviética en el territorio de Kazajistán.
“Mi vida ilustra el horror de las armas nucleares. Durante mucho tiempo vivimos con miedo, con un sabor metálico en la boca y vimos cómo la gente perdía el pelo”, recordó ante los delegados.
“Nunca olvidaré la imagen de los soldados, que en verano se bañaban en los lagos formados por las bombas nucleares y murieron por la radiación”, concluyó Kukuyov su testimonio.
La primera conferencia de los estados partes del TNPW concluye el jueves, cuando se espera la adopción de una declaración final.
EFE.