Hace algunos años visité Los Taques en la Península de Paraguaná, fueron unos días de vacaciones, de recorrer y disfrutar playas y pueblos que conozco desde la juventud, eran los primeros de Maduro y ya el parque eólico que Chávez prometió era una ruina, una más de las tantas obras que quedaron inconclusas y son pasto del olvido gubernamental, la lista es grande, incluye el plan ferroviario, los sistemas de transporte metro para Maracaibo y Valencia, el segundo puente del lago de Maracaibo, el tercer puente del Orinoco, autopistas, viviendas de verdad y un extenso etcétera.
En medio del paisaje árido de Paraguaná, el cielo despejado y unos vientos que nunca dejan de soplar, los equipos eólicos que mandó a instalar Chávez para sustituir a las térmicas que surten de electricidad a la región permanecen inmóviles, sus aspas no giran ni producen un solo vatio, semejan molinos de viento abandonados sin quijotes que los embistan con sus lanzas en ristre.
Me viene a la mente la imagen del parque eólico abandonado de Paraguaná, a partir de unas declaraciones que ofreció el Presidente electo de Colombia Gustavo Petro, sobre sus planes de desarrollar energías limpias para convertir a Colombia en una nación que cumpla con la ecología, para ello se propone sustituir el modelo energético de los hidrocarburos, tomando medidas como la prohibición de nuevas exploraciones y sustituir progresivamente el ingreso petrolero por turismo. En el papel se lee bonito de cara al futuro, pero queda la duda si la Guajira colombiana se convertirá en un ejemplo de energía limpia para el continente y el mundo o será como Paraguaná una ruina más.
En realidad no podemos con certeza predecir si Petro tendra éxito o no en ese plan de generar energía limpia a gran escala, a pequeña y mediana escala es posible, pero lo que constatamos con la guerra de Ucrania es que el mundo no está preparado para abandonar el modelo energético de los hidrocarburos a corto plazo, el corte de suministro de gas y carbón de Rusia a Europa y la crisis económica mundial que ha generado esta medida nos indica que al petroleó le quedan unas décadas como fuente energética mundial.
En este escenario de energías limpias Venezuela es pionera, el sistema del Gurí que construyeron las democracias venezolanas en los años 60 y 70, que suministra casi la totalidad de electricidad que dispone el país, es parte de un plan más ambicioso que incluye otras hidroeléctricas que están inconclusas y sin planes de culminación como el resto de millonarias obras que el socialismo del siglo XXI ha dejado abandonadas.
Chávez y su sucesor Maduro son los responsables de la prolongada crisis eléctrica venezolana que sufrimos los venezolanos, el parque eólico de Paraguaná es un monumento a la desidia, improvisación y despilfarro de recursos, donde posiblemente algunos se aprovecharon económicamente, ojalá que el plan de Petro en la Goajira colombiana no tenga el mismo destino y las aspas giren por el viento produciendo electricidad para beneficio de comunidades y pueblos de esa geografía que compartimos venezolanos y colombianos.