El principal opositor ruso, Alexéi Navalny, contó este viernes, en tono sarcástico, su día a día en la prisión de alta seguridad a la que fue transferido, entre talleres de costura y sesiones “educativas” bajo el retrato del presidente Vladimir Putin.
A raíz de la entrada en vigor de una nueva condena judicial, el opositor fue transferido a mediados de junio a una prisión situada a unos 250 km al este de Moscú, conocida por los malos tratos a los detenidos.
En un mensaje publicado en Instagram, Navalny dio detalles de su vida en la cárcel. Cada día se levanta a las 06H00 y trabaja en un taller de costura que hay en el establecimiento.
“Permanecemos durante siete horas delante de una máquina de coser, sentados en un taburete más bajo que las rodillas”, indicó el opositor.
Cuando no cose, debe realizar “actividades educativas” consistentes en “sentarse durante horas en un banco bajo un retrato de Putin”.
“No sé a quién puede ‘educar’ este tipo de actividades, salvo, eventualmente, a un inválido con la espalda hecha papilla”, comentó.
“El sábado, la jornada laboral dura cinco horas. Después, tenemos que sentarnos de nuevo en el banco bajo el retrato”, explicó.
El domingo es el “día de descanso” pero también entonces hay que volver al banco “durante diez horas”.
Con todo, Navalny afirma que se mantiene “optimista” y que ha aprendido de memoria y en inglés pasajes de “Hamlet”, de Shakespeare.
“Los presos que trabajan conmigo dicen que cuando cierro los ojos y murmuro cosas en un inglés shakespeariano […] parece que esté invocando al demonio”, bromeó Navalny.
“Pero eso ni se me ocurre: invocar al demonio sería una violación del reglamento interno”, añadió el opositor, que suele acusar a las autoridades penitenciarias de acusarle de infracciones ficticias para endurecer sus condiciones de detención.
Alexéi Navalny fue detenido en enero de 2021 a su regreso de Berlín, donde estuvo varios meses recuperándose tras haber sobrevivido, por poco, a un envenenamiento, del que acusa al presidente Vladimir Putin.
AFP