Sus “ángeles” sexys convirtieron a Victoria’s Secret en una marca de 6.000 millones de libras, pero tras puertas cerradas, la compañía de lencería escondía algunos demonios muy oscuros.
Por The Sun
Al poner a Rosie Huntington-Whiteley, Gisele Bundchen, Miranda Kerr, Heidi Klum y Helena Christensen en tangas deslumbrantes, sujetadores diminutos, tacones de aguja y alas de ángel, la firma estadounidense cambió la cara de la ropa interior femenina.
Pero si bien pueden haber predicado el empoderamiento femenino, detrás del glamour yacen acusaciones de intimidación y acoso, una negativa a aceptar la diversidad y un vínculo inquietante con uno de los delincuentes sexuales más notorios del mundo.
Ahora, un nuevo documental revelador revelará la conexión entre el fundador de Victoria’s Secret, Les Wexner, y el traficante sexual convicto Jeffrey Epstein.
Alega que los dos hombres fueron amigos cercanos durante 20 años, que vivían en la misma propiedad y que Wexner le dio a Epstein un poder notarial sobre gran parte de su negocio.
Aún más impactantes son las afirmaciones de que Epstein, quien se ahorcó hace tres años mientras esperaba el juicio por más delitos sexuales, usó su asociación con la firma de lencería para conseguir modelos jóvenes.
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