La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó hoy al espacio su nuevo cohete Vega-C, con mejoras como una mayor capacidad de carga y que fue desarrollado mayoritariamente por Italia, aunque con la participación de otros países como España.
El lanzamiento se produjo a las 13.13 GMT desde el Puerto Espacial Europeo de Kurú, en la Guayana Francesa, tras dos retrasos por problemas técnicos y dos horas más tarde del horario previsto. La misión, que durará 2,15 horas, se sigue desde el Centro de Observación Terrestre (ESRIN) de la ESA en Frascati, cerca de Roma.
Vega-C es un lanzador de un solo cuerpo de 35 metros de altura, capaz de colocar en órbita aproximadamente 2.200 kilogramos de carga y que en este vuelo inaugural transporta un satélite científico italiano, Lares-2, y seis nanosatélites.
Entre las mejoras que ofrece esta nueva lanzadera, evolución del Vega, usado desde 2012, es una mayor capacidad de carga ya que su predecesora podía contener la más o menos la mitad, 1.450 kilos.
En los dos primeros minutos tras el despegue, en los que el motor P120C de Vega-C quema 142 toneladas de combustible, se produjo la primera separación, correctamente, y en cuatro minutos salió de la atmósfera terrestre y entró en órbita.
Las operaciones se prolongarán durante las siguientes 2,11 horas, con las separaciones de las varias etapas y la puesta en órbita de las dos cargas en distintas órbitas.
En primer lugar Vega-C liberará los seis “Cubesats” o nanosatélites realizados con distintos propósitos por Universidades y centros de investigación de Italia, Francia y Eslovenia.
Entre estos está “AstroBio”, para detectar biomoléculas y cuidar la salud de los astronautas; “Greencube”, para cultivar plantas en microgravedad; “Tristar-R”, para estudiar fórmulas de protección de componentes electrónicos; “MTCube-2”, que analiza la radiación espacial; “Celesta”, para solucionar cortocircuitos en órbita, y “Alpha”, con experimentos vinculados a la magnetosfera de la Tierra.
Después será el momento de soltar el satélite científico italiano Lares-2 para medir el efecto “Frame-Dragging”, distorsión del espacio/tiempo causada por la rotación de cuerpos celestes prevista por Albert Einstein en su Teoría General de la Relatividad.
España ha contribuido en un 6,66 % en la creación de Vega-C, desarrollando partes del propulsor, de su antena telemétrica y de su unidad multifunción, que distribuye las órdenes al cohete.
El resto de países participantes, además de Italia y España, Austria, Bélgica, República Checa, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Rumanía, Suecia y Suiza.
La ESA considera este tipo de cohetes, tanto la familia Vega como Ariane, “cruciales” y “estratégicos” porque mejora la capacidad independiente de Europa para acceder al espacio satisfaciendo las necesidades institucionales, científicas, comerciales y del mercado de satélites pequeños.
EFE