La caída del euro frente al dólar, provocada por la invasión de Ucrania y los crecientes riesgos para la economía de la UE, ha llevado a las dos monedas a la paridad por primera vez en dos décadas.
Por Infobae
La moneda única europea se hundió el último jueves a 0,9952 dólares, un nivel que no se veía desde finales de 2002, el año en que se introdujo oficialmente.
Pero los operadores creen que el euro podría recuperarse, siempre que supere varios obstáculos en los próximos meses.
El primero que debe superar es el de evitar el riesgo de que se interrumpa el suministro de gas ruso a Europa, lo que haría que se dispararan los precios de la electricidad y obligaría a los países de la eurozona a limitar parte de la actividad industrial.
“Si los flujos de gas procedentes de Rusia se normalizan, o al menos dejan de caer, tras el fin de la parada de mantenimiento del Nord Stream 1 la semana que viene, esto debería disminuir en cierta medida los temores del mercado a una inminente crisis del gas en Europa”, dijo a la AFP Esther Reichelt, analista del Commerzbank.
Dado que el gigante ruso del gas, Gazprom, ha advertido que no puede garantizar el buen funcionamiento del gasoducto, los países europeos temen que Moscú utilice una razón técnica para interrumpir definitivamente las entregas y ejercer presión sobre ellos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a decir el jueves que Rusia estaba utilizando la energía “como un arma de guerra”.
Si Nord Stream 1 “no vuelve a encenderse, el euro cae ya que las ondas de choque económicas se sentirán en todo el mundo, ya que la crisis energética europea podría muy bien desencadenar una recesión”, advirtió Stephen Innes, analista de SPI Asset Management.
Llamada de atención del BCE
“La recesión significaría inevitablemente que el mercado se preocupara aún más por los riesgos de fragmentación en la eurozona”, añadió Jane Foley, especialista en divisas de Rabobank.
Al igual que otros bancos centrales, el Banco Central Europeo (BCE) trata de evitar ahogar la economía subiendo demasiado los tipos.
Pero también tiene que preocuparse por una posible fragmentación del mercado de deuda, con grandes diferencias en los tipos de interés de los préstamos en toda la eurozona.
El BCE ha mantenido hasta ahora una política monetaria ultralaxa para apoyar la economía, mientras que la Reserva Federal de EE.UU. ha subido los tipos y promete seguir haciéndolo para contrarrestar la inflación.
El jueves anunciará su decisión de política monetaria, y ha indicado que subirá los tipos por primera vez en 11 años.
“Si el BCE quiere dar un impulso al euro, tendrá que realizar una subida de 50 puntos básicos en julio y/o señalar que se prevén movimientos de 75 puntos básicos para septiembre”, señalan los analistas de S&P en una nota. “Un ajuste más rápido de la política monetaria ayudaría a anclar las expectativas de inflación, reduciendo el riesgo de necesitar una política restrictiva más adelante”, añadieron.
Desaceleración de la Fed
Para los economistas de Berenberg, la caída del euro es más atribuible a la fortaleza del dólar, que “se ha apreciado fuertemente frente a una amplia cesta de divisas desde mediados de 2021?.
El dólar se ha beneficiado del endurecimiento de la política monetaria por parte de la Fed en su intento de limitar la inflación, que volvió a alcanzar máximos históricos en junio.
“Los mercados especulan con la posibilidad de que la Fed suba los tipos en 100 puntos básicos en lugar de 75 en su próxima reunión del 27 de julio”, señala Berenberg. “De ser así, esto podría fortalecer aún más al dólar”.
UniCredit añadió: “Hacia finales de año, las perspectivas de una inflación decreciente y un mensaje más equilibrado de los bancos centrales a medida que se acerque el pico cíclico de los tipos oficiales deberían apoyar un retorno del apetito por el riesgo y aliviar la demanda de dólares”.
En caso de que esto ocurra, el euro podría alejarse de la paridad en los últimos meses de 2022, afirman.