Se trata de un hábito que, además de resultar molesto para algunos humanos, perjudica la salud de los animales. 12 consejos imperdibles para evitar este comportamiento
Muchos perros tienen la costumbre de pedir comida cuando sus tutores están a la mesa comiendo algo. Este hábito es posible revertirlo con sencillos procedimientos. Los perros son capaces de reconocer reglas, se sienten parte de la manada-familia y si todos comen, él estima que también puede hacerlo.
Por Infobae
Otro tema que hay que comprender es que si lo hace una vez, va a querer hacerlo siempre. Es por eso hay que ser rigurosos en la aplicación de las normas.
Para dar vuelta esta situación, existen algunos trucos como puede ser ofrecerle su propia comida cerca de la mesa, haciéndolo sentir integrado o que coma antes de cuando nos sentamos a la mesa.
Demostrarle enojo no es una buena decisión, ya que solo interpretará que lo excluimos como miembro de la manada, lo que provocará que disminuya su confianza o tenga otra clase de problemas de comportamiento.
Podemos enumerar algunos consejos para evitar esta conducta:
– El perro debe estar fuera de la mesa: si el perro se apoya en la mesa debemos sacarlo de ese lugar empujándolo, sin prestarle mucha atención.
– Cerremos la puerta: si no se lo puede apartar de la mesa, saquémoslo de la habitación cerrando la puerta o poniendo una barrera mecánica (una silla, o cualquier mueble).
– Reforcemos la norma con la voz: un “no” directo y tajante hará más efectivo el mensaje.
– Démosle antes de comer: es una buena opción darle de comer antes que nosotros, tratando de que de esta forma no tenga interés en lo que comemos.
– Entretenerlo si pide comida: si el perro no para de molestar, existe la posibilidad de darle algún juguete para que esté entretenido, apostando a la posibilidad de que termine reclamando el juguete en lugar de la comida.
– Instrucciones a los invitados: en los casos de agasajos es bueno explicarles a todos los invitados que no deben darle cualquier tipo de alimento al perro en la mesa.
– No usar la violencia: nunca le peguemos o le gritemos si está pidiendo comida porque tratar de compartir la comida, es un comportamiento natural en él donde lo correcto es corregirlo, educándolo.
– Educar desde cachorros: educar desde cachorro en las órdenes básicas y en no molestar durante las comidas, seguramente ahorrará disgustos.
– Evitemos darle comida para seres humanos: si no le damos alimentos humanos evitaremos riesgos y estaremos educándolo.
– Respetemos sus horarios de comida: los perros son muy rutinarios. Respetando sus horarios para comer es la forma más fácil de evitar que pida cuando no le toca.
– Mi perro roba comida de la mesa: si un perro roba comida de la mesa hay que reforzar la supervisión y corregir ese comportamiento. Nunca castigarlo.
– Las claves son la perseverancia y la paciencia: son las virtudes de la educación y el aprendizaje canino sobre todo al querer modificar un comportamiento natural.
Para acompañar estas claves se puede apelar a “las reglas de oro en la alimentación de los perros”. Muchos consideran al perro como una suerte de “tacho de basura” de la comida, en el sentido que es el receptáculo de toda sobra o desperdicio del ser humano. Nada más alejado de la realidad y de la salud, ya que necesitan una alimentación adecuada y equilibrada, formulada y preparada para él. Por todo eso es bueno tener en cuenta los siguientes consejos:
– No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden encontrar en los comercios suficiente y variada calidad y cantidad de alimentos balanceados pensados para que el perro esté bien alimentado. No intente reemplazar una tecnología de avanzada con los limitados recursos hogareños. No obstante con el consejo de su médico veterinario se puede elaborar una dieta equilibrada casera con ingredientes naturales sin ultra procesamiento.
– El balanceo de la dieta tiene que ver con que solo carne es una muy mala dieta ya que el perro es un carnívoro facultativo no estricto con capacidad genética, a diferencia del lobo, de digerir almidones.
– Equilibrar una dieta es entender que los ancestros del perro cazaban y comían presas enteras no comían exclusivamente el músculo.
– La cantidad de alimento debe ser controlada y es variable según la raza, la edad, el estado, la actividad, la edad, etc. Como norma general un perro consume diariamente, entre el 1,50 % y el 3 % del peso corporal, según edad, etapa del desarrollo, tipo de alimento, humedad del mismo, etc.
– Póngale la comida en el plato, y si se hace el remolón, a los 15 minutos quita comida y plato (sin compasión). Aprenderá a comer sin entretenerse.
– La ración diaria es conveniente repartírsela en tres comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es habitual, sobre todo en adultos, que se les dé una sola comida diaria. Eso no está bien; con una sola comida, aumenta el riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro grande.
– El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia.
– No debe dársele comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un cachorro.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.