El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, acusó hoy a Occidente de “exagerar artificialmente” la crisis global derivada de la guerra con Ucrania durante su visita a la República del Congo en el marco de su gira africana y tras reunirse con el presidente del país, Dénis Sassou Nguesso.
“No aprobamos los intentos de utilizar la situación de Ucrania como pretexto para olvidar los conflictos de larga duración que siguen desde hace décadas sin ser resueltos y en los que Occidente ha adoptado una posición muy tímida, como el caso de Israel y Palestina”, dijo Lavrov a los medios desde la ciudad de Oyo, en el centro del país y a unos 400 kilómetros al norte de la capital, Brazzaville.
Lavrov empezó este domingo en Egipto su gira por el continente, durante la cual visitará también Uganda y Etiopía, en un viaje que se solapará en el tiempo con la gira africana del presidente francés, Emmanuel Macron, que arranca mañana e incluirá por su lado Camerún, Benín y Guinea-Bisáu.
“Hay muchas crisis sin resolver en el continente africano y acogemos positivamente el papel desempeñado por la República del Congo y su presidencia en la movilización de recursos para resolver(las)”, añadió el ministro ruso, en referencia al rol de mediador que ha ocupado Sassou Nguesso en países como Libia o las vecinas República Democrática del Congo (RDC) y República Centroafricana (RCA).
En este sentido, Lavrov reveló la intención del presidente congoleño de organizar este año una conferencia de “reconciliación nacional” con representación de todas las partes implicadas en la crisis libia.
El ministro ruso agradeció también a Brazzaville la “cooperación en plataformas internacionales” y destacó que “tienen posiciones cercanas y coincidentes en la mayoría de temas discutidos en la ONU y otros foros multilaterales”.
La República del Congo fue uno de los países que se abstuvieron en la votación de una resolución de condena de la invasión rusa de Ucrania aprobada finalmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas a principios del pasado mes de marzo.
Asimismo, Brazzaville votó en abril en contra de la suspensión de Moscú del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, junto con otros países africanos como Eritrea, Etiopía o Zimbabue, una posición vinculada no solo al poder político y económico ruso en el continente sino también a motivos históricos, como el apoyo soviético a los movimientos anticoloniales africanos del siglo XX.
“Brazzaville se ha opuesto de manera constante a la discriminación en las Naciones Unidas y nosotros le correspondemos”, subrayó Lavrov.
Durante la visita, ambos países acordaron reforzar sus relaciones económicas y comerciales, así como en las áreas de “cooperación militar y técnica”, y Lavrov anunció el apoyo de Rusia para abrir en el país africano un laboratorio de investigación de enfermedades infecciosas.
El ministro reiteró, como ya afirmó el Gobierno ruso, que el ataque de este sábado contra el puerto ucraniano de Odesa no es un “obstáculo” para el cumplimiento del acuerdo alcanzado el viernes en Turquía para permitir las exportaciones de grano del país europeo, cuyo bloqueo está afectando especialmente a las naciones africanas.
Ayer, durante su visita a El Cairo, Lavrov anunció que a mediados del año que viene se llevará a cabo una nueva cumbre ruso-africana, de la que la primera edición tuvo lugar en la ciudad rusa de Sochi en 2019 y que el propio presidente ruso, Vladimir Putin, tenía previsto celebrar este año.
EFE