Una cruz de esmeraldas que perteneció a la reina Victoria Eugenia de España, la abuela de Juan Carlos I, ha reaparecido en Suiza treinta años después de su desaparición, y su proceso de recuperación no está siendo fácil. El primo del rey emérito, al que le robaron la joya en un viaje en avión, lo tiene difícil para que la justicia de Ginebra se la devuelva.
Por 20 Minutos
La mujer de Alfonso XIII era una gran aficionada de las joyas, por lo que la desaparición de la cruz de esmeraldas, valorada en unos 500.000 euros y de un peso de 45 Cts., no fue plato de buen gusto para ella.
De origen colombiano, había pertenecido a varias personalidades de las monarquías inglesa y española, y finalmente pasó a ser propiedad de la nieta de Victoria Eugenia, Olimpia Torlonia. Era un bien muy preciado no solo por su calidad, sino también por su significado.
Fue en el año 1989, durante un vuelo de Ginebra a París, cuando a Torlonia le robaron el colgante, que viajaba en el equipaje facturado y no estaba asegurado. Tras ser consciente, presentó una denuncia en Francia, pero el objeto tardaría casi treinta años en salir a la luz: en 2017, reconoció la cruz en las fotografías de una subasta de Sotheby’s en Ginebra, y se puso manos a la obra para recuperarla.
Sin embargo, el anuncio fue retirado inmediatamente, y Torlonia denunció al vendedor, un joyero español, por intento de manipulación de bienes robados, blanqueo de dinero y violación de la ley de transferencia de bienes culturales. A partir de ese momento arrancó un proceso judicial realmente complicado, ya que el hombre defiende su posición y mantiene que recibió el objeto en los 90 de parte de su padre, también joyero.