Un nuevo y duro golpe al bolsillo recibieron los comerciantes de Maturín, específicamente del gremio licorero, luego de que la Cámara Municipal chavista aprobara una ordenanza en la que se modifica los montos de los impuestos. Los representantes de la asociación de licoreros calificaron esta acción de arbitraria, ya que no fueron tomados en cuenta para su discusión.
Corresponsalía lapatilla.com
Las altas tarifas impuestas por la alcaldía rojita ponen riesgo de cierre al 75% de los comercios de este ramo, que solo en la capital monaguense, son 1.286 licoreros.
El presidente de la Cámara de Licoreros del estado Monagas, Vincent Rivas, explicó que con la nueva ordenanza aumentaron la alícuota a 6%, así como la renovación de licencia, que fue incrementada dos veces al año a un aproximado de 80 unidades tributarias (UT). Este impuesto está anclado a un 10% del petro y multiplicado por 80, el monto a cancelar es de 464 dólares cada seis meses.
“Tenemos un gran impuesto con esta nueva ordenanza, porque además de los impuestos también nos reducen las horas de trabajo. Ahora solo podemos laborar de 10:00 de la mañana a 7:00 de la noche. Hay que sumarle también la alícuota de aseo urbano que ahora es de entre 80 y 120 dólares al mes, y eso nos ha generado bastante descontento”, manifestó Rivas.
El representante de los licoreros denunció las ventas ilegales en muchos sectores de la ciudad y a la que las autoridades han hecho caso omiso. Indicó que el gremio genera al municipio una tasa de empleo de entre 2.700 a 3.500 empleos, directos e indirectos, lo que pone en riesgo la pérdida de muchos de estos puestos de trabajo.
“Con la ordenanza anterior la licencia de licores se renovaba una vez al año y ahora con esta modificación el incremento solo en este impuesto es de 65.000% y siendo dos veces al año llega a 130.000%. No nos estamos negando a pagar, pero debe haber unas tarifas acordes, no este aumento tan desproporcionado”, dijo el presidente de la Cámara de Licoreros.