El tema de las aguas servidas en la zona norte del estado Anzoátegui al parecer sigue subestimándose entre las prioridades de las autoridades locales y regionales, pese a que en ciudades como Barcelona y Puerto La Cruz hay botes por doquier en calles y avenidas.
Por Javier A. Guaipo
A juicio del presidente de la fundación Agua Para Todos, Rodolfo Gil, el problema no solo radica en el desbordamiento de las cloacas en las vías públicas, sino que ningún municipio del área metropolitana tiene activa una planta de tratamiento.
“Barcelona y Lechería no cuentan con una planta. Por su parte, Puerto La Cruz tiene una que está paralizada desde hace más de 10 años, y en Guanta construyeron una a principios de los 90, pero nunca entró en funcionamiento. Esto nos trae como consecuencia que las aguas servidas de estos cuatro municipios vayan a parar al mar, violando muchas leyes ambientales”.
Gil criticó que un lugar emblemático de la ciudad portocruzana, como lo es el antiguo Paseo Colón, tenga hasta dos vertientes de líquidos residuales, cuyo origen se desconoce, lo que contribuye a la contaminación de la Bahía de Pozuelos.
“Aunado a eso, miles de litros de aguas negras caen a la costa porteña a través del Dren B, cuyo objetivo era trasladar aguas pluviales, pero ante la falta de una planta de tratamiento, todo corre por ahí hacia el mar”.
El vocero agregó que situación similar ocurre en la ciudad capital del estado Anzoátegui, donde más del 90% de las cloacas van hacia el río Neverí, afectando la cuenca baja que tiene su salida en la Bahía de Barcelona, lo que a su vez representa la contaminación de todo el eje costero del municipio Simón Bolívar.
“También observamos con preocupación que algunas autoridades permiten el uso discrecional de ciertas playas a muchas personas, lo cual evidentemente pone en riesgo la salud de las mismas”.
Gil insistió en que las autoridades no hacen nada para mitigar la contaminación ambiental y proteger a las especies marinas y submarinas.
En Barcelona hay sectores como Tronconal III donde la situación con las cloacas es crítica. Cada vez hay más calles y veredas inundadas de aguas putrefactas. Mientras tanto, en Puerto La Cruz, las adyacencias del mercado municipal es uno de los ejemplos de la preocupante situación, pues los comerciantes informales expenden alimentos en medio de la hediondez.