La mente de Luis Moros corre a mil por hora. Sus proyectos y ambiciones también. Este joven venezolano de 20 años, oriundo de la ciudad de Puerto La Cruz, al oriente del país, ha vivido cinco años de experiencias vertiginosas. Pasó de no tener techo a adentrarse en la política estadounidense.
Por Yahoo News
En su niñez ya intuía que Venezuela no podía ofrecerle lo que precisaba para desarrollarse plenamente como adulto.
“Siempre quise ser abogado y sabía que si ejercía en mi país había solo dos opciones: trabajar con el chavismo o ser perseguido por defender las leyes. Emigrar era para mi la única opción”, sentenció Moros, quien se desempeña como pasante de The Bipartisan Policy Center, un think tank en Washington, D.C., diseñado para fomentar el bipartidismo.
Cuatro años más tarde, su madre y “heroína”, como él la define, Fabiola Fernández le cumplió su propósito: emigrar a Estados Unidos, un cambio radical de vida que al principio no fue tan prometedor como pensaba: saltar de casa en casa, no tener un lugar fijo dónde pernoctar era parte de su dinámica diaria, circunstancia que se repitió durante el primer año como migrantes, hasta que llegaron a Hialeah.
Su primer año en el país estuvo lleno de dificultades e incertidumbre, vivieron en al menos ocho lugares diferentes, en alojamientos temporales y refugios, al no contar con ahorros. Llegaron con $100 en el bolsillo.
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