La ballena beluga rescatada esta madrugada en el río Sena por un equipo de 80 especialistas ha tenido que ser sacrificada mientras era trasladada al mar debido a la “degradación de su estado de salud”, informaron las autoridades.
“El sufrimiento de este animal era evidente”, declaró la veterinaria de los bomberos del Essone Ollivet Courtois en un mensaje distribuido por la Prefectura de Calvados.
Courtois mencionó que “las dificultades de respiración” de la beluga se habían agravado hasta tal punto que se tuvo que proceder a una técnica de eutanasia para no prolongar más su sufrimiento.
El animal, acostumbrado a vivir en las frías y saladas aguas canadienses, había acabado de manera fortuita en el Sena e iba a ser trasladado a Ouistreham, en la costa normanda, donde iba a permanecer tres días en un estanque de agua marina antes de ser liberado en alta mar.
Sin embargo, había dejado de alimentarse hace un tiempo y se encontraba en un estado de salud que preocupaba a las autoridades, veterinarios y activistas, que habían decidido adelantar el rescate para evitar que enfermara aún más.
La Prefectura (Delegación del Gobierno) de Calvados lamentó el fallecimiento, a pesar de la movilización inédita en la operación de salvamiento, que implicó a 80 especialistas y duró 8 horas.
El animal, un macho que pese a sus 800 kilos estaba más delgado de lo que corresponde a un cetáceo de estas características, había sido bloqueado en una zona del río Sena mediante esclusas el pasado jueves y extraído esta madrugada del agua con una red levantada por una grúa, un momento muy estresante para el animal, según las autoridades.
Los trabajos de rescate han costado varios miles de euros, que contaron con la aportación de numerosas donaciones de ciudadanos para la operación, como el camión o la paja que irá en su interior, que ofrecieron varios vecinos.
El pasado mes de mayo, una orca entró en el Sena donde estuvo varios días, pero murió de cansancio y falta de alimentación antes de que pudiera ser rescatada.
Los especialistas barajan varias opciones para explicar estos fenómenos, como un exceso de contaminación sonora que los desorienta o que se pierden por las modificaciones en las corrientes marinas debido al calentamiento global.
EFE