Al menos seis años pidiendo vivienda, vialidad, servicios públicos, llevan familias de la comunidad La Gran Manzana de Bejuma.
Corresponsalía lapatilla.com
No fue sino hasta este miércoles, cuando la crecida del río puso en riesgo la vida de seis niños y dos adultos, que la mirada de la municipalidad volteó a ver a estas familias que viven en condiciones precarias.
Desireé Guevara contó indignada que son años de promesas incumplidas. “Yo he ido a la gobernación a pedir que se nos construyan casas dignas, la vialidad y los servicios públicos, y nos dicen que esta obra aparece ejecutada y no vienen ni a chequear”, aseguró.
Relató que ellos mismos decidieron meter el alumbrado para no estar en penumbras, y han construido con lo que pueden sus casas. “No pude construir sino con barro a riesgo de que se me caiga”, expresó esta madre de tres niños.
Relató que como ella hay muchas familias pasando necesidad por falta de vivienda. Tal es el caso de Angélica Sánchez, cuya casa de bahareque y caña, el río se la llevó la tarde del miércoles, corriendo con la fortuna de huir con sus seis hijos y su esposo cuando el agua ya les llegaba más arriba de la cintura.
Horas de terror
Las lluvias iniciaron a las 5:00 am y desde entonces, dicen los vecinos, empezó la angustia. “A la una y pico de la tarde esa mujer pegaba gritos, salimos a auxiliarla, el río casi se lleva a sus niños. Se cansó de ir a la alcaldía a solicitar vivienda y nada”, contó aún estupefacta por lo vivido.
“Tuvo que pasar esta desgracia para que viniera el alcalde y su comitiva a ver cómo vivimos”, expresó.
Sánchez, con el más pequeño de sus hijos en brazo, de un poco más de un año, contó que tenía esa casita hace seis años, pero no la habitaba de manera constante por las malas condiciones de esta, pero al no tener donde vivir con sus niños, de tanto rodar de un lado a otro, tomó la decisión hace un año de instalarse en el lugar.
Este miércoles la crecida del río la dejó sin vivienda y sin enseres. La alcaldía la reubicó “provisionalmente” en una escuela de la comunidad, según declaró el alcalde Lorenzo Remedios, mientras resuelven su situación.
Los habitantes de esta comunidad solo esperan que esta amarga situación sirva para que el gobernador vea la realidad existente en esta comunidad, que quedó ejecutada a medias hace unos ocho años.
Son decenas las casas de la Misión Vivienda que quedaron sin concluir, otras tantas ni se ejecutaron, porque quedaron esperando el material de construcción. Las cloacas quedaron a mitad de camino, al igual que el alumbrado, y la vialidad nunca llegó. Asimismo, les urge un puente que los conecte con la calle Valencia, la más cercana al poblado de Bejuma, pues si el río está crecido, deben caminar largos trayectos.