Marbelys Sánchez, es la representación de lo que siginifica ser docente en Venezuela. Lleva más de una década formando niños de primero a sexto grado de manera simultánea, por un salario que escasamente utiliza para comprar lápices y algunos cuadernos a los niños que no cuentan con recursos económicos.
Por Luz Dary Depablos / Corresponsalía lapatilla.com
Es profesora desde hace 13 años en la escuela estadal Mesa Redonda del municipio San Judas Tadeo en el estado Táchira, ubicado en una zona rural donde a pesar de no contar con los servicios básicos como agua y electricidad, no ha sido impedimento para enseñar.
Ocho computadoras fueron donadas a los niños de la escuela, pero no pueden utilizarlas porque no hay electricidad y menos el servicio de Internet.
Igualmente, donaron un enfriador para resguardar alimentos, pero fue ubicado en la casa de un representante porque en la escuela “no hay luz”, indicó la maestra.
Espera que para el inicio del próximo año escolar, las autoridades competentes den una mirada a los 21 estudiantes de este plantel, ya que siempre han estado en el olvido, solo aspira a que cada niño tenga la oportunidad de contar con un mejor futuro.
“Tomen conciencia, porque los niños que viven en esa comunidad tienen los mismos derechos de los niños de la ciudad”, denunció la docente, ante la falta de atención por parte del Ministerio de Educación.
La escuela quedó medio construida, es decir, es un solo módulo sin vidrios en las ventanas y el techo sin tejas, por lo que resulta una odisea cuando los niños están en clases.
Cuando llueve el agua entra por todas partes y deben abandonar los salones para recibir clases en la vivienda de algún vecino, o cuando hace mucho calor deben pegar los pupitres a un costado de la pared para evitar el sol.
En algunas ocasiones cuando ha llovido muy fuerte y no les da tiempo de salir, han tenido que esperar hasta el anochecer porque la crecida del caudal de una quebrada cercana les impide el paso, ya que tampoco cuentan con vialidad.
Los niños no usan uniforme, pues en la mayoría de los casos no cuentan con recursos ni para comprar cuadernos.
Marbelys, quien se dedica a la preparación y venta de pastelitos andinos para poder sobrevivir, invierte lo poco que gana como docente, para los gastos básicos de los niños.
Ella y su compañera, son las heroínas que decidieron no darle la espalda a los niños de Mesa Redonda, ya que el plantel ni siquiera cuenta con un Coordinador a quién se le pueda exigir derechos establecidos en la Constitución.
Arcenio Gandica, director de Educación y Cultura de San Judas Tadeo, informó que realizó un recorrido por todas las escuelas del municipio, donde constató el mal estado en que se encuentran, por lo que levantó un informe a fin de solicitar ayuda a organismos internacionales.
Las escuelas de la población de San Judas Tadeo, no han recibido el apoyo requerido por parte del Ministerio de Educación y de la actual directora de la Zona Educativa de Táchira, quien estuvo 16 años como alcaldesa de ese minicipio y hasta la presente no ha hecho ninguna reparación al respecto.