El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó este domingo que sus fuerzas navales destruyeron un depósito con misiles estadounidenses HIMARS y armamento antiaéreo occidental en la región de Odesa, en el sur de Ucrania.
El ataque fue efectuado con cohetes Kalibr de emplazamiento marítimo, declaró el portavoz de esa cartera, general Ígor Konashénkov, que no precisó desde dónde fueron lanzados los misiles.
Agregó que en la pasada jornada fueron alcanzados con fuego de aviación y artillería seis puestos de mando de las fuerzas ucranianas y destruidos otros tantos almacenes de munición en distintas localidades del sur y el este Ucrania.
En su parte diario, el militar ruso cifró en más de 130 las bajas mortales sufridas por el Ejército de Ucrania en las últimas veinticuatro horas.
Ell ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, informó de que las Fuerzas Armadas del país han empleado en tres ocasiones misiles hipersónicos Kinzhal (Daga) desde el comienzo de la “operación militar especial” en Ucrania, de la que el próximo miércoles de cumplen seis meses.
“Los hemos empleados tres veces durante la operación militar especial”, dijo Shoigú en una entrevista con el canal Rossía-1 de la televisión estatal rusa.
Agregó que en las tres ocasiones el Kinzhal exhibió sus “brillantes características, que no tiene ningún otro cohete similar en el mundo”.
“Prácticamente es imposible interceptarlo, y con él atacamos objetivos especialmente importantes”, indicó el ministro, que recordó el misil desarrolla velocidad que supera más de diez veces la del sonido y es capaz de modificar su trayectoria tanto el plano vertical como en el horizontal.
Los Kinzhal fueron diseñados para ser disparados por los cazas MiG-31 y, según los militares rusos, tienen un alcance de más de 2.000 kilómetros.
EFE