Una niña de 4 años portadora de VIH y con un cuadro de “desnutrición crónica” permanece bajo observación después de que las autoridades de Bolivia la rescataran de una “chichería” o bar popular en el que su madre consumía bebidas alcohólicas.
“Es una niña que no puede caminar, su estado de salud es bien delicado y la alimentación también es nula. Actualmente se está comenzando con dieta para desnutridos”, informó este miércoles a los medios el director del Hospital de Niños en Santa Cruz, Richard Rojas.
El caso se identificó el pasado lunes en la ciudad de Montero, a unos 62 kilómetros al norte de Santa Cruz en el oriente del país, cuando la Defensoría de la Niñez de esa localidad ejecutó un operativo en un bar y rescató a la menor que estaba atada a la espalda de su madre.
La niña primero fue internada en un hospital de Montero, pero después de una primera valoración de su estado se recomendó su traslado a un centro de mayor especialidad en Santa Cruz.
Rojas informó que la menor tiene un peso “bajísimo” de 5 kilos, cuando alguien de su edad debiera estar alrededor de los 16.
El galeno también reveló que la pequeña dejó “hace dos meses” su tratamiento con antirretrovirales, los medicamentos que evitan que el virus del VIH se reproduzca en el organismo y que evita complicaciones en el sistema inmunológico.
“Por eso ha habido esa recaída y ha tenido que internarse, porque si un niño toma su tratamiento antirretroviral en forma normal, el niño generalmente está en buen estado”, precisó.
El especialista mencionó que la menor padece una “desnutrición crónica” que “no se ha dado de un día para el otro” y que ahora se le está aplicando un tratamiento para revertir ese cuadro y que se espera responda “favorablemente”.
También, la menor tendrá que someterse a otros exámenes para que otro grupo de expertos valoren “en qué fase” de la enfermedad se encuentra, precisó Rojas.
El médico aseguró que la pequeña está en “estado de postración” debido al grado de desnutrición que la afecta pero “está estable”, aunque teniendo en cuenta su enfermedad de base existe el riesgo de que “en cualquier momento” sufra una descompensación.
La Defensoría de la Niñez sostuvo que la madre también es portadora de VIH y no mostró interés en que su hija reciba atención médica, además que ambas llegaron a Montero hace algunos meses procedentes del pueblo de San Julián, según informaron los medios locales.
EFE