Un tribunal chino de apelaciones confirmó este jueves la pena de muerte impuesta a un ciudadano norteamericano por el asesinato de su novia, al considerar que la condena fue “apropiada”.
El pasado abril, Shadeed Abdulmateen fue condenado a muerte en primera instancia por apuñalar a su novia china de 21 años en la cara y el cuello, en una cita que tuvieron para hablar de sus problemas de pareja.
El hombre apeló la sentencia, pero la Alta Corte Popular de Zhejiang, en el este del país, rechazó este jueves su recurso, indicó un comunicado oficial.
Según la corte, Abdulmateen había amenazado a la joven después de que ésta le dijera en varias ocasiones que quería poner fin a la relación.
Los hechos ocurrieron en junio de 2021, cuando se reunieron una noche cerca de una parada de autobús en Ningbo, a unos 150 kilómetros al sur de Shanghái.
Abdulmateen apareció con un cuchillo y “apuñaló a Chen en el cuello y la cara varias veces, lo que le hizo perder a ella un gran volumen de sangre” y morir poco después.
El tribunal de apelaciones incidió en que la pena de muerte inicialmente impuesta fue “apropiada” y en que el acusado tuvo un proceso conforme a ley.
La embajada norteamericana en Pekín no hizo comentarios por el momento.
Los grupos de derechos humanos afirman que China ejecuta cada año a más prisioneros que ningún otro país, aunque las ejecuciones de ciudadanos occidentales son inusuales.
El caso más reciente conocido es el de Akmal Shaikh, un británico ejecutado en 2009 por tráfico de heroína, según la agencia oficial de prensa Xinhua.
En 2015, China redujo de 55 a 46 el número de crímenes pasibles de pena capital.
Entre ellos están el separatismo, el homicidio voluntario, la violación y el narcotráfico, aunque ya no el proxenetismo ni el contrabando de armas.