Masacró a toda su familia con 25 disparos: Jeremy Bamber, el asesino que casi logra el crimen perfecto

Masacró a toda su familia con 25 disparos: Jeremy Bamber, el asesino que casi logra el crimen perfecto

Jeremy Bamber, en una de las audiencias del juicio en su contra.

 

7 de agosto, calor en Chelmsford, la ciudad capital del condado de Essex, en Inglaterra. Entró una llamada a la comisaría que no provenía del número de emergencias 999. Eran las 3.26 de la madrugada. El agente que atendió recordó que la voz era de un joven que se expresaba con educación pero nervioso. Dio su nombre, Jeremy Bamber, de 24 años, y agregó que vivía en Goldhanger, un pequeño pueblo del mismo condado.

Por TN





El muchacho dijo que había recibido recién una llamada de su papá, Neville, desde otro pequeño poblado, Tolleshunt D’Arcy, a cinco minutos en auto de donde se encontraba. Su papá estaba desesperado y le suplicó que fuera a verlo: “Tu hermana se ha vuelto local y tiene un arma…”, le dijo. Entonces, según le contó Jeremy al policía, escuchó un disparo y la llamada se cortó. Llamó enseguida a su papá pero le daba ocupado.

Nevill Bamber, el papa de Jeremy

 

El policía quiso saber más detalles y Jeremy le dijo que su papá lo había llamado desde la casa familiar, la finca White House, de 162 hectáreas, al final de un camino privado en Tolleshunt D`Arcy. El agente le recomendó que fuera hacia la casa familiar y esperara allí a la Policía. Un comando de cuarenta hombres armados salió para ese lugar a las 4. En el camino, adelantaron a un automóvil Citroen. En este vehículo, iba Jeremy, el joven que hizo la llamada. La casa principal de la propiedad era un caserón del siglo XVIII de ladrillo rojo. No había movimiento alguno, ni sonidos siquiera. Los policías rodearon todo el edificio. Al rato, llegó el Citroen con Jeremy.

“Mi hermana está loca”

Los comandos le hicieron preguntas y el muchacho parecía tranquilo. Les informó que cuando su padre se refirió a que su hermana tenía un arma, se trataba de un rifle semiautomático Anchutz calibre 0.22 de origen alemán que utilizaban para cazar conejos. Agregó que su hermana se llamaba Sheila Caffel, que era su apellido de casada, aunque ahora estaba separada de su marido. Ella tenía 27 años. Todos la llamaban Bambi. Tenía mellizos de seis años, Daniel y Nicholas.

Sheila, la hermana “endemoniada” de Jeremy Bamber.

 

Que tanto él como Sheila, que era dos años mayor, eran hijos adoptivos. Sus padres se llamaban Nevill y June Bamber. Que lo que pasaba con Sheila, siguió contando Jeremy a los policías jefes de los comandos, era que sufría de depresión que terminaba en crisis nerviosas. Estuvo internada y al salir se fue a vivir a White House con sus hijos. “Mi hermana está loca”, resumió Jeremy. “No nos llevamos muy bien. Ella puede enloquecer en cualquier momento. Ya ocurrió”. Los policías utilizaron un megáfono para dirigirse a los ocupantes de la casa. Nadie respondió.

En un momento los policías pensaron que tal vez la inestable hermana de Jeremy no estuviera en la casa sino en el campo. Llegaba el amanecer y se tomó la decisión de asaltar la casa. A las 07.30, diez hombres se arrastraron hasta la entrada de la cocina. Pensaban en ese momento que Sheila estaría agotada pero con el rifle cargado y esperándolos. Derribaron la puerta de la cocina y entraron. Los balazos que esperaban recibir fueron reemplazados por un contundente silencio. Avanzaron. Se detuvieron. Caído cerca del teléfono estaba el dueño de la finca, Nevill Bamber, con seis tiros en la cabeza y en el cuello, más un disparo en el hombro y otro más en un brazo. Nevill era un robusto hombre de 61 años. Lo habían golpeado brutalmente.

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