Por mucha ciencia ficción que parezca, esta historia es muy real. La de una venezolana que trabaja en una de las misiones más importantes de la NASA en este siglo: el regreso de la humanidad a la Luna y la futura expedición a Marte. Nathalie Quintero es parte de la nueva generación de exploradores del espacio y será testigo, desde la primera fila del programa Artemis, de los preparativos para llevar en un futuro muy cercano a la primera mujer a pisar donde ningún ser humano ha estado antes: el Polo Sur de la Luna
Por Rosmina Suárez Piña / Historias que laten
De niña, en Venezuela, le encantaban los aviones, y de grande ya quería trabajar para las grandes compañías de aeronáutica.
Pero una investigación para Virgin Galactic y un proyecto de microgravedad en el Centro Espacial Johnson, en Estados Unidos, fueron “las señales” que la acercaron a la carrera y la industria donde ejerce actualmente: la ingeniería aeroespacial.
Su madre, una ingeniera industrial oriunda de El Salvador, y su padre, un piloto naval venezolano retirado, fueron testigos (por televisión) del alunizaje del Apolo 11 en 1969 y siempre la alentaron en el estudio de las ciencias.
Y ese empuje dio resultados. Ahora Nathalie Quintero trabaja en el proyecto Space Launch System (SLS) de la NASA, el cohete más grande cuya misión es regresar a la Luna e ir a Marte.
A sus 28 años, ella es la huella venezolana del programa Artemis, que pretende llevar a la primera mujer a pisar nuestro satélite y mucho más allá, contribuyendo en la nueva era de los vuelos espaciales.
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