Mercurio retrógrado es señalado como el responsable de un sinnúmero de situaciones cotidianas en las que nos vemos envueltos. Pareciera que este pequeño y juguetón planeta hiciera de las suyas generando diversos males, como extraños olvidos, desconcentración, problemas de comunicación, envíos erróneos en mensajería de correo y texto, desacuerdos y disputas en general. Y la consigna se repite: “¡Debe ser culpa de Mercurio retrógrado!”.
Por Clarín
Pero, ¿será Mercurio retrógrado el responsable de estos males que se le adjudican? ¿Es realmente así? ¿De dónde viene esta asociación que le atribuye tantas características negativas?
Revisemos de qué va todo esto, de cara a su próxima retrogradación, que será del 9 de septiembre al 2 de octubre de 2022.
Mercurio en la mitología griega y romana
Mercurio desde la mitología romana, Thoth para los egipcios y también conocido como Hermes en la mitología griega, es un dios olímpico de segunda generación, nacido de uno de los tantos amoríos de su padre Zeus; esta vez, con una de las pléyades hija del titán Atlas llamada Maia.
Nacido en una cueva del monte Cilene en Arcadia, Grecia, se caracterizó por su excesiva inquietud, tanto así que, en sus primeras horas de vida, escapó de su cuna, a pesar del cuidado que su madre Maia había puesto a juzgar por lo inquieto del neonato Hermes.
Y se dirigió a explorar las inmediaciones del lugar donde había nacido, robando unos bueyes que estaban a cargo de Apolo, otro hijo de Zeus, y llevándolos de vuelta a Cilene, situación en la cual, para no dejar huellas, se calzó unas sandalias planas y caminó de vuelta a la cueva.
En la entrada de su natal morada, encontró una tortuga a la cual quitó su caparazón y tensó cuerdas de tripa de buey sobre el caparazón vacío de la tortuga, inventando así la lira. Este hecho marca la capacidad de ingenio, y agudeza mental que nacía en forma de ideas de la mente de Hermes.
Sin embargo, al ser descubierto por Apolo -que había adivinado que el ladrón de sus bueyes había sido Hermes- tuvo que acudir ante su padre Zeus, quien, mediando entre los medios hermanos, y al escuchar el hermoso sonido que emitía este instrumento musical, intervino para que este instrumento pasara a manos de Apolo para resolver el asunto.
Esta situación hizo que Apolo le obsequiara luego a Hermes (Mercurio), su vara dorada de pastor. Vara con la cual, según cuenta la historia, intentó separar a dos serpientes que estaban a un paso de enfrentarse, consiguiendo que ambas se enroscaran alrededor de la vara, quedando enfrentadas, pero sin tocarse.
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