Imparable y sin haber perdido ni un set hasta el momento en el torneo, el español Carlos Alcaraz se clasificó este sábado para los octavos de final del Abierto de Estados Unidos al derrotar con contundencia al estadounidense Jenson Brooksby por un triple 6-3 en dos horas y 11 minutos.
Alcaraz, con un tenis espectacular y una gran seguridad en sí mismo, se medirá en la siguiente ronda con el vencedor del duelo entre el croata Marin Cilic y el británico Dan Evans.
Número cuatro del ránking de la ATP y tercer cabeza de serie del Abierto de Estados Unidos, Alcaraz ha deslumbrado en esta primera semana en Nueva York del torneo en el que el año pasado alcanzó los cuartos de final, un punto fundamental en su fascinante ascenso a la élite del tenis mundial.
Este sábado, el murciano de 19 años se enfrentaba por primera vez a otro joven con mucho futuro, Brooksby (21 años y número 43 del mundo), y le derrotó haciendo gala no solo de una fantástica movilidad sobre la pista sino también de un catálogo asombroso de golpes: derechas potentísimas, dejadas precisas, remates inapelables, etc.
La agresividad, intensidad y acierto de Alcaraz se reflejaron perfectamente en los 46 golpes ganadores que consiguió en el enfrentamiento frente a los solo 10 de su contrincante.
Alcaraz solo tuvo un momento de duda en el partido cuando en el tercer set perdió dos veces seguidas el servicio y su rival se puso 0-3 con saque a su favor.
Pero respondió a lo grande y se llevó el set definitivo ganando seis juegos seguidos.
Con su victoria en tres sets ante Brooksby, Alcaraz sigue su camino inmaculado en el Abierto de EE.UU. sin haber perdido ni un set (en primera ronda, 7-5, 7-5 y 2-0 ante el argentino Sebastián Báez, que se retiró en el tercer set; y en el segundo cruce, 6-2, 6-1 y 7-5 ante el también argentino Federico Coria).
En el estadio Arthur Ashe, la pista central del Abierto de Estados Unidos, Alcaraz empezó este sábado pisando el acelerador y tuvo su primera bola de ‘break’ en el cuarto juego del partido, pero falló una derecha franca y el encuentro continuó igualado.
Brooksby mostró una buena capacidad de resistencia en el arranque, pero el español exhibió su superioridad y, con una extraordinaria derecha cruzada en carrera, rompió el servicio del estadounidense (4-2).
Con una clara sensación de dominio para entonces, Alcaraz cerró el primer set con un saque directo en 40 minutos.
No aflojó en el comienzo de la segunda manga, ya que puso presión en el primer servicio de Brooksby y consiguió el ‘break’.
Brooksby no se dio por vencido y devolvió la rotura de saque poco después, pero no tuvo tiempo para saborearlo puesto que, en el siguiente juego, el español sumó un nuevo ‘break’ y mantuvo el control (3-2).
Alcaraz no ahorró artillería y, con dos magníficas derechas, echó desde el resto el cierre al segundo set después de 49 minutos.
El público estaba encantado con Alcaraz, que dejó numerosas evidencias de su talento y de su garra en la pista.
Pero los espectadores neoyorquinos querían más y Brooksby les hizo soñar por un momento con un partido más largo.
El estadounidense rompió el servicio de Alcaraz en el comienzo del tercer set, se vino arriba con la confianza del que no tiene nada que perder y sumó un nuevo ‘break’ para colocarse 0-3.
“Hay que estar ahí todo el rato”, le decía su equipo técnico a Alcaraz y él tomó nota.
Sin dar el set por perdido, Alcaraz devolvió el primer ‘break’ y, con un fabuloso resto ganador, igualó el partido 3-3.
Alcaraz no escatimó en esfuerzo y hasta rompió una de sus zapatillas tratando de cazar un golpe en la red.
Ya con la inercia a su favor y con un Brooksby tocado por la ventaja desperdiciada, Alcaraz remató el último set con seis juegos consecutivos y con gritos de “¡vamos, vamos!” resonando en Nueva York. /EFE