Un aluvión de criminalidad ha opacado la historia de Colombia; lugar en donde cientos de dirigentes políticos han intentado llegar al poder y su camino se ha visto obstaculizado por las balas.
Por infobae.com
La violencia en Colombia ha tenido un largo antecedente; miles de muertos ha dejado a su paso este complejo fenómeno, el cual ha sido naturalizado por la misma población, teniendo en cuenta que se convirtió en algo recurrente. A su vez, la política ha hecho hincapié en esta problemática, pues la pasión infundida en la población, provocó divisiones a mediados del siglo pasado, dejando sobre el camino a varios dirigentes fundidos por balas cargadas de odio, ignorancia y sectarismo.
En las horas de la noche del 1 de septiembre, un atentado en contra de la Vicepresidenta de la Nación de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner consternó al mundo, pues los círculos de seguridad de los políticos del mundo no suelen fallar. Este hecho criminal abrió el libro y activó el retrovisor en Colombia, territorio que ha vivido varios hechos de esta índole.
Jorge Eliécer Gaitán
El líder del partido liberal apuntaba como ficha clave a la presidencia de la República; el 9 de abril 1948 el ‘Caudillo Liberal’ estaba en su despacho en el centro de Bogotá, el horero del reloj se aceraba a la 1 de la tarde, hora en la que normalmente Gaitán salía a almorzar.
El político se levantó de su escritorio, le dijo hasta luego a su asistente y se encontró con un amigo, con el cual almorzarían y debatirían sobre el acontecer diario. Sobre la carrera séptima aún pregonaban el periódico y algunos lustradores de zapatos ofrecían su servicio, al salir del pórtico del edificio, varios plomazos sonaron e hicieron eco en la ciudad, mientras tanto, se desvanecía la vida de Gaitán y la muchedumbre se revelaba.
Juan Roa Sierra, un albañil que presuntamente fue quien disparo en contra de la humanidad de Gaitán, quien fue arrastrado por toda la carrera séptima y acribillado por la multitud que lloraba la muerte de su prócer. El linchamiento fue escabroso, según los relatos de algunos testigos.
Rodrigo Lara Bonilla
El 30 de abril de 1984, el ministro de Justicia, Lara Bonilla recibió una llamada a primera hora, desde la cúpula militar buscaban alertarlo sobre un eventual plan para acabar con su vida, su preocupación fue notoria mientras escuchaba la sugerencia de cambiar sus arterias de movilización en las calles de Bogotá. La ruta cambió, pero el tráfico era incesante, en las horas de la noche.
Al tomar la calle 127 y aproximarse a la autopista norte, una de las camionetas perdió el rumbo por la intromisión de otros vehículos producto de la hora pico. De un momento a otro, se escuchó el retumbar de un escape proveniente de una moto de alto cilindraje, acompañado de esta se sentía la muerte, pues 25 balas de calibre 45 salieron de una sub ametralladora en contra del Mercedes en que se movilizaba Lara.
Siete impactos de bala fueron contundentes para acabar con la vida de este líder político, la mayoría de impactos se alojaron en la parte superior de su cuerpo, incluyendo la cabeza. Más adelante, la moto en la que se transportaban los sicarios cayó, uno de los implicados murió en el instante, mientras que otro fue capturado
Jaime Pardo Leal
Los ánimos de conseguir la paz en Colombia han estado marcados por diferentes intentos de diálogo, en su momento, los Acuerdos del gobierno del expresidente Belisario Betancourt, dejaron como producto la Unión Patriótica (UP), partido político fundado por grupos armados que operaban previo a la década de los 80. Pardo Leal era líder de dicho movimiento bajo una doctrina comunista, y además, candidato presidencial, razón que lo llevó a ser objetivo militar de algunos sectores.
El 11 de octubre de 1987, Pardo compartió el último almuerzo con su familia, hablaron de la vida y cuestionaron las intenciones oscuras de algunos colombianos, pues querían ver muerto al candidato presidencial. El político estaba con los suyos en La Mesa, municipio cercano a Bogotá, y ese día regresaba a la capital; ya en carretera fue interceptado por otro vehículo, del cual bajaron hombres armados y dispararon en reiteradas ocasiones en contra de Pardo, en medio de improperios.
Luis Carlos Galán Sarmiento
Acérrimo rival del narcotráfico y la criminalidad en Colombia, motivo de contradicciones y diversas polémicas; ese era Luis Carlos Galán, hombre que llevó consigo las banderas escarlatas del Partido Liberal Colombiano. Los narcos focalizaron su mirada en este, convirtiéndolo en objetivo militar y buscando frenar su ascenso a la presidencia de la República para el año 1990.
El 18 de agosto de 1989 la agenda de Galán indicaba que debía visitar la plaza central del municipio de Soacha, Cundinamarca, sin embargo, a dicho lugar también arribaría la muerte. Miles de personas se agolparon en el mencionado lugar, sobre las 8:30 de la noche, el político liberal arribó al sitio con un robusto grupo de escoltas, quienes le insistieron en usar chaleco antibalas por las recurrentes amenazas.
Los gritos que lo aclamaban opacaron el sonido de las ráfagas, los cuales hicieron eco y no se notaron hasta que Luis Carlos Galán cayó sobre la tarima en que se encontraba. Varios disparos se alojaron en la parte baja del abdomen, una de las partes que quedaron desprotegidas por el chaleco, causándole la muerte al eventual presidente de Colombia.
Bernardo Jaramillo Ossa
La esperanza de la UP era Jaramillo Ossa, pues se convirtió en el remplazo de Jaime Pardo Leal en dicho partido; situación que nuevamente generaba enemistades en algunos sectores sociales y político. Para el 22 de marzo de 1990, en medio de la vertiginosa carrera política y campaña presidencial, el candidato decidió dar un respiro en la costa atlántica colombiana, pues viajaría a Santa Marta para replantear ideas de cara al máximo cargo política en el país.
Jaramillo arribó al Puente Aéreo, adjunto al Aeropuerto El Dorado; mientras compraba algunos productos en un local comercial del mencionado centro de transporte. Un menor de edad se acercó y desenfundó una sub ametralladora, halando el gatillo y descargando parte del proveedor en la humanidad del candidato, quien intentó ser llevado a un centro asistencial y murió en el camino.
Carlos Pizarro Leongómez
Pizarro fue uno de los líderes del Movimiento 19 de abril (M-19), grupo guerrillero que bajo los conceptos de revolucionarios buscó tomar el poder, empero, nuevamente, el diálogo fue la solución y permitió habilitar un camino político para los militantes de dicha organización. El mencionado líder abanderó al ‘M’ y se convirtió en candidato presidencial de dicha colectividad.
La campaña seguía su curso y el 26 de abril de 1990, Pizarro tuvo que viajar a Barranquilla, abordó un avión comercial y despegó. La turbulencia no la provocaría el avión, pues la muerte tripulaba en el lugar; un hombre entró al baño sigilosamente y de un momento a otro salió, desenfundó una metralleta y encaró al candidato presidencial, acribillándolo en el aire.