Un país no puede considerarse normal si más de 6.800.000 personas de su población lo ha abandonado, se ha marchado en un corto período de tiempo. Esta cantidad de venezolanos según el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR) es la más alta del mundo, superando a Siria y Ucrania, por eso resulta cínico afirmar que Venezuela se está arreglando porque un 5% de la población puede adquirir productos importados en bodegones o comprar boletos para eventos artísticos.
La realidad es que nada se ha arreglado y el país marcha como barco a la deriva con un capitán que no le importa que la nación sufra un colapso total y se termine de hundir por entrega de territorio a otras naciones bajo unos acuerdos misteriosos como el acuerdo con Irán.
La llegada de Petro a la Presidencia de Colombia y la reactivación comercial en la frontera por la reanudación de relaciones diplomáticas añade una interrogante más a la presencia de los grupos guerrilleros colombianos que fueron denunciados y combatidos por el anterior gobierno colombiano, no sabemos que actitud va a tomar el nuevo gobierno, si va a continuar enfrentándolos o se va a ser el paisa dejando la frontera del lado colombiano sin resguardo militar, lo que incrementaría las actividades de narcotráfico, contrabando de gasolina, secuestros y extorsión, con las terribles consecuencias que esto tiene para venezolanos y colombianos víctimas de estos forajidos.
Maduro año a año recicla sus promesas de solucionar el desastre del sistema eléctrico y la culminación del tren Caracas- Guarenas entre otras muchas que ha ofrecido. Los venezolanos hemos perdido la capacidad de asombro con las promesas recicladas de Maduro y su gobierno, la mayoría de los que se han marchado agotaron sus reservas de esperanza con este gobierno y también con el cambio ofrecido por la dirigencia opositora, que también recicla promesas que no ha podido concretar.
Es en este punto de quiebre de la credibilidad de Maduro y la oposición para sacar adelante al país de sus muchas carencias y problemas, que tenemos que ubicar las causas y razones del éxodo histórico de los venezolanos, por allí es que tienen que empezar los políticos opositores para recobrar la fe y la confianza de los venezolanos que han emigrado y los que resisten en Venezuela.
No existe una formula mágica para recuperar la confianza en el cambio, la cruda realidad nos azota con la imagen de los más humildes padeciendo hambre, miseria y ausencia casi total de un sistema de salud por colapso, sumado al desmadre de los servicios públicos que nos afectan a todos. A Maduro nadie le cree pero continua en Miraflores, la oposición es acosada, perseguida, criminalizada, pero no por eso deja de denunciar la tragedia de los migrantes, que cada día arriesgan y pierden la vida en su huida de Venezuela y la de los venezolanos que resisten y protestan, pero no parece suficiente, se le señala que está entrampada en una batalla de egos en la carrera hacia la presidencia, que no acompaña como debe las protestas que se dan diariamente en cada estado del país, lo cierto es que mientras se debate unas primarias para escoger un candidato unitario para enfrentar a Maduro, salen miles de venezolanos que no esperan nada de este gobierno y muy poco de la oposición.
Vamos a dejar claro que esa matriz de opinión que todos los políticos son parecidos y roban igual no es del todo cierta, la maquinaria de propaganda del gobierno la difunde para crear desesperanza y resignación, hasta que se demuestre lo contrario, este gobierno y el anterior de Chávez son por mucho los más corruptos de toda la historia de Venezuela, en 23 años han dilapidado y saqueado sin piedad el erario nacional.
El estancamiento opositor en mi opinión entre otras causas se debe, a que el liderazgo opositor no ha sabido o podido sacar ventaja del enorme descontento que hay con Maduro, porque no termina de entender que lo urgente es la gente que padece, sufre, escapa y lo importante es la política que tiene sus tiempos y sus relatos, con testimonios auténticos de acción política, para que las promesas puedan ser creíbles para la mayoría mas que descontenta que espera soluciones.