Molokhia, Mulukhiyah, Molohiya, Mulujía… Muchos y muy diferentes nombres se asocian a este plato. Se trata de una deliciosa sopa, muy popular en los países árabes y en gran parte de África. Su origen tiene lugar en Egipto, donde, a día de hoy, sigue siendo un plato muy consumido.
Por 20minutos
Esta sopa está hecha de una variedad de la planta del yute, una hierba silvestre con grandes beneficios nutricionales. Del yute solo se aprovechan las hojas, que tienen la misma función culinaria que podrían tener otras hojas para guisar como las espinacas. Crece de manera natural, al pie de los caminos, aunque también se ha cultivado a pequeña escala. La planta abunda en las orillas del río Nilo, lo que explicaría su extenso uso en Egipto.
La mulujía ya formaba parte de la dieta en el Antiguo Egipto, de donde se cree que se originó el nombre. Con origen en la palabra mulukia, que significa “lo que pertenece a la realeza”, la leyenda dice que una sopa curativa hecha a partir de la planta molokhia ayudó a un gobernante egipcio a recuperarse.
Otras leyendas locales asocian sus orígenes al momento en el que los hicsos invadieron Egipto en el siglo XVII AC, momento en el que obligaron a los egipcios a comer esta planta, considerada por todos venenosa. Los egipcios, forzados a ingerirla, se dieron cuenta de que no solo no era venenosa, sino que además tenía buen sabor y era muy nutritiva.
Desde entonces, la molokhia ha formado parte de la cocina tradicional egipcia y de los alrededores, cocinándose en las casas y sirviéndose incluso para alimentar a los recién nacidos.
Pero, según la BBC, hubo un paréntesis en la ingesta de este ingrediente, prohibido por un califa egipcio en el siglo X. Las hojas de molokhia tenían la reputación de ser un alimento afrodisíaco. El gobernador, siguiendo esta teoría, afirmó que la molokhia era un estimulante sexual para las mujeres y prohibió que sus súbditas lo consumieran.
Una leyenda que podría tener explicación. El alto valor nutricional de las hojas de esta variedad de yute podría explicar su asociación a la estimulación sexual. Las hojas de yute son ricas en vitaminas E, A y C, que son potentes antioxidantes que protegen las células de los radicales libres y pueden ayudar a mejorar la visión y también la fertilidad.
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