Los procedimientos de diálisis en el estado Falcón se han visto afectados en las tres unidades que hay en la región por las fallas en las máquinas, debido a que superan los 10 años de servicio y muchas ya cumplieron su vida útil.
Por Corresponsalía lapatilla.com
Esto ha generado que queden fuera de servicio 35 máquinas y con ello la reducción del tratamiento diario a los pacientes que pasaron de cuatro a tres horas o a dos horas y 45 minutos, lo que desgasta la calidad de vida de cada uno de ellos.
Johanyer Reyes, paciente de la unidad en el Hospital Doctor Rafael Calles Sierra, dijo que tiene 17 años en tratamiento y nunca había pasado por las fallas que se registran en los últimos meses, donde incluso les han disminuido la cantidad de tiempo en la máquina, por daños en los aparatos, por fallas de insumos y hasta por falta de concentrado.
“No es justo que nos dejen 2 horas 45 minutos en la máquina, porque eso es perder el tratamiento y los insumos. Ese tiempo no nos hace nada. También me parece que el gobierno tiene otros intereses, como gastar dinero en fiestas, mientras los pacientes renales pasamos tantas necesidades. La prioridad debería ser la salud y no vemos que es así”, lamentó.
En la unidad de diálisis del Hospital Calles Sierra había nueve máquinas malas y arreglaron tres. Sin embargo, la mayoría presenta fallas al punto que tardan para arrancar o dejan al paciente a mitad de diálisis.
“No podemos reparar todo”
La infraestructura, ubicada en el principal hospital de Paraguaná, también tiene problemas con los aires acondicionados. Actualmente, solo funciona el de la sala de diálisis, mientras que los aires acondicionados de quirófano, pasillo y sala de espera siguen inoperativos.
“Esos aires están tratando de arreglarlos los mismos pacientes y hasta se creó una comisión para eso. Recogimos 11 dólares por paciente, pero ahora se les dañó otra pieza. Nosotros somos de escasos recursos, la mayoría dependemos de nuestras familias y aun así debemos arreglar las cosas de un hospital que debe garantizar el Estado, mientras vemos como hacen fiestas en todos lados los fines de semana para aparentar que todo está bien”, dijo Reyes.
Aparte del dinero para reparar los aires acondicionados, compraron las papeleras que en el lugar no había. Existen otras necesidades que piensan ir resolviendo poco a poco. “Pero no podemos reparar todo, no tenemos para comprar máquinas nuevas, que es lo que se necesita. Aunque hacemos el llamado, es una situación que se repite en todo el país y no resuelven nada”.
Esta situación fue confirmada en abril de este año por Carlos Márquez, presidente de la Sociedad Venezolana de Nefrología, quien detalló que todas las máquinas de diálisis del país presentan fallas, por lo que era necesario repotenciar algunas y, en otros casos, reponerlas porque llevan 10 años en uso.
Aseguró que las máquinas existentes en el país son alemanas y de buena calidad, pero no están recibiendo el mantenimiento y la desinfección que necesitan y esto genera daños, por lo que recomendó ejecutar mantenimientos, que son competencias del Ministerio de Salud y el Programa de Salud Renal. Aunque han enviado comunicaciones, hasta la fecha no habían recibido respuestas.
Más máquinas dañadas
El Centro de Nefrología Falcón (Ceninfalca), ubicado en la ciudad Punto Fijo, tiene 40 máquinas y solo funcionan 15. Aunque han pedido que se reparen las máquinas, no han tenido respuesta. Jorge Luis Ruiz es paciente renal del lugar y ha tenido que esperar hasta dos horas para que la máquina arranque.
“La máquina no arranca a tiempo, porque ya es muy vieja y no me pueden dializar completo. Así estamos la mayoría: desasistidos”, dijo.
Ruiz también es concejal del municipio Carirubana por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y ha hecho solicitudes a la alcaldía para que se invierta en las reparaciones que necesita Ceninfalca, pero no ha tenido éxito. El lugar necesita aires acondicionados para la sala de espera, reparar los baños de los acompañantes de los pacientes y el cambio de las máquinas.
Menos pacientes atendidos
La unidad La Fe, que es la única en la capital de Falcón, tampoco escapa de estas necesidades. Actualmente tienen cuatro máquinas dañadas, y no se han deteriorado más máquinas porque los pacientes entregan dos dólares mensuales para comprar los insumos necesarios para hacer el mantenimiento que ameritan.
“Aquí se resuelve un poquito más rápido que en otros lugares, porque reunimos dinero para repararlas, pero no es fácil la situación. Yo requiero un cupo en Punto Fijo, porque tengo que viajar tres veces a la semana a Coro para hacerme el tratamiento y me prestan un carro para ir, porque soy la primera en la lista, pero ya se nos está haciendo muy difícil viajar”, dijo Yuleima Blanchard.
Según datos de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), en el país se atendían unos 15.000 venezolanos a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss). Este año la cifra no alcanza los 6.000 pacientes atendidos por el Ivss, además de que hay un gran colapso en el ente estatal, debido al desmantelamiento institucional.
El informe publicado en 2019 menciona que el Ivss llegó a contar con más de 2.000 máquinas, y en 2017 más de la mitad ya estaban dañadas, lo que causó el cierre de muchas unidades en el país. Para 2018 y 2019, las que quedaban se fueron parando por falta de repuestos, mantenimiento preventivo y falta de reparación, lo que causó el declive de oportunidades para los pacientes en conseguir un cupo en alguna unidad.